Se tiene previsto para el 30 de abril de 2023 las elecciones nacionales y departamentales de Paraguay.
Es una muy buena noticia ante las grandes dificultades y retrasos que han provocado en la región las acciones antidemocráticas. Y la verdad ha de ser dicha, no se trata de un sector u otro de los antagonismos a través de la historia reciente, pues ninguna de las partes – en sus extremos- por décadas, creyeron ni se sintieron comprometidas ni entendieron ni practicaron la democracia.

Tampoco es que se sueñe con eliminar las contradicciones, inherentes a la vida y por lo tanto a las sociedades humanas. Del propio Paraguay se destaca cómo desde antes de la colonización española era habitado por etnias en constantes guerras y de que los avás o guaraníes alcanzaron un nivel de desarrollo relativo tal que se impusieron por la fuerza a las demás.

El territorio de Paraguay en la actualidad de 406 mil 752 kilómetros cuadrados, ocupado por 7 millones 400 mil personas ha sido escenario en el tiempo de grandes conflictos al igual que los demás países de la región.

Hoy está muy clara la relevancia de las salidas democráticas, junto a la imprescindible transparencia en la gestión de los recursos públicos, así como la eficiencia en cuanto a resolver fundamentales problemas sociales; los primeros de los cuales son salud y educación de calidad para todas y todos, pasando además por la seguridad ciudadana y otras ya ineludibles conquistas sociales ante las tan variadas vulnerabilidades.

Es en el 2008, luego de la hegemonía por 60 años de un solo partido (con un solo gobernante por 35 años) con caudillos militares impuestos además mediante golpes de Estado, que en Paraguay es electo presidente democráticamente el exobispo Fernando Lugo; pero aún con esa larga espera, es destituido por el Congreso el 22 de junio de 2012. Son aún débiles sus bases democráticas; se recuerda en marzo de 2017 el incendio del edificio del Congreso por manifestantes frente el intento de restablecer la reelección presidencial.

Como acontece con otros países de la región, también Paraguay tiene las condiciones territoriales y en especial de su gente y su gran identidad cultural para lograr el desarrollo pleno; más al 2022 en cuanto a su Índice de Desarrollo Humano-IDH- ocupa el lugar 105 en el mundo y el 13 en la región.

Se espera que las elecciones de Paraguay dentro de 4 meses fortalezcan sus aún débiles bases democráticas, las que hay que combinar efectivamente con la transparencia en la gestión de los recursos públicos y la eficiencia en la solución de relevantes problemas sociales.

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