Es difícil dimensionar los cambios ocurridos y sus repercusiones desde el 2020 hasta hoy, el llamado a normalizar la brusquedad de esos acontecimientos creó un sentido de supervivencia emocional que el mundo abrazó, pero mientras creemos haberlo superado se cuecen habas, los llamados avances de la tecnología no le dan tiempo a las almas apegadas a la normalidad a discernir y dimensionar las repercusiones y el impacto de los agentes que cambian el mundo, sin dejar rastro de lo que una vez fue el mundo, tal y como lo conocíamos. Sin embargo hay en curso una cuenta regresiva, y usted debe estar preparado, no duerma, vele, llénese de Dios, esté alerta y no posponga aquello que requiere diligencia. Sea parte de ese remanente que se anticipa a los acontecimientos, que ora, oye y obedece.