Hoy 20 de noviembre se conmemora el Día Mundial de los Niños, con el objetivo de crear conciencia sobre la situación de los niños y niñas excluidos y en situación de mayor vulnerabilidad.
Conceptos difusos como “la niñez”, “la infancia”, “los niños pobres”, suelen aparecer profusamente en los discursos de todos los políticos en tiempos de campaña, pero la situación de los niños, sobre todo los de los países subdesarrollados, muestra pocos avances y escasa mejoría.

El mundo gobernado por adultos tiene muy poco tiempo para prestar atención a las necesidades reales de los niños.

En determinados lugares de Sudamérica son explotados en diferentes actividades, a veces con el erróneo concepto de que así desarrollarán mayor apego por el trabajo; son víctimas de organizaciones de trata y a veces, por la miseria, empujados a las calles a mendigar para poder comer.

En los Objetivos de Desarrollo Sostenible se aspira a llegar a un mundo en el que los niños tengan derecho a un nombre y a una nacionalidad, a recibir atención médica y educación, como figura en la declaración universal, y aunque es mucho lo que se ha conseguido gracias a la educación y a la acción de los gobiernos, todavía se está muy lejos de llegar a lo que se pregona.

Coincidimos con el llamamiento del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en que se trata de “una ocasión para celebrar y hacer un llamamiento a la acción”, para “pedir a los gobiernos nacionales y locales que provean más y mejores servicios de salud, incluyendo salud sexual y reproductiva, y que haya consecuencias para quienes no cumplan bien con sus funciones”.

Seguimos apostando por la educación como la base de una formación adecuada para que los hombres y mujeres del mañana sean capaces de mejorar el mundo que les estamos dejando, por lo cual nos sumamos a esta conmemoración porque se trata de un momento clave para unir voluntades en favor de la infancia y de los niños más vulnerables del planeta.

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