Se sabía que Abinader apuntaba como el próximo presidente de la República, porque al interior de su partido, junto a las fuerzas opositoras, y en las bases del pueblo ha hecho el trabajo.
Con poco tiempo de formado el PRM para las elecciones de 2016, no tuvo tiempo Luis para articular las coaliciones que compitieran con el partido-estado que es el PLD.

Pero ya en noviembre de 2017, planteaba Luis la necesidad de aglutinar a los partidos, movimientos sociales y personalidades dispuestas a asumir el compromiso de ganar las elecciones de 2020 para “cambiar el agotado modelo de gobierno del PLD”.

Su propuesta de Gobierno del Cambio, el afán unificador de las fuerzas que lo sustentarán y un maduro ejercicio político que lo llevó a derrotar en el imaginario popular las artimañas del PLD, incluso la de poner a sus bocinas a posicionar la percepción de que “aquí no hay oposición”.

El trabajo está hecho. En los tres años que lleva Luis caminando el país, pregonando las buenas nuevas de la renovación, quedó ungido con la marca del cambio y por eso en las encuestas no pagas por el gobierno del PLD, aparece ganador de las elecciones en todos los escenarios y con crecientes perspectivas de ganar en primera vuelta, con lo que se identifica un alto porcentaje del electorado.

Luis es el cambio que sigue creciendo en apoyo, y Gonzalo o cualquier figura que represente al continuismo del PLD quedará frisado en 30% y cuesta abajo en su rodada, porque las elecciones tienen como contradicción fundamental cambio o continuidad, con hasta un 91% de la gente que cuando la dejan expresarse, grita ¡cambio!

Tan absorto estuvo el partido-estado en montar una nueva reelección de Danilo, imponer a Gonzalo como continuidad, y en usar su inmensa y costosa red de bocinas para tratar de descalificar a Luis y disminuir al PRM, que no vieron venir cómo el cambio tomaba cuerpo mayoritario en todo el territorio nacional, y ni qué decir en la diáspora.

La última encuesta no auspiciada por Palacio dice que en los últimos 8 meses el apoyo a Luis tuvo un crecimiento de 117%, y a un PRM que se encampana hacia 40%, y subiendo, mientras PLD baja a la franja de 20% y pico.

Por eso no extraña que también en los niveles municipal y congresual el PRM y aliados avanzan a ritmo arrollador, evidenciando que el cambio va por todo, para que pueda ser cambio. Y el pueblo lo sabe.

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