Las redes sociales son el más popular y democrático sistema de expresión de la sociedad de hoy. Cualquiera publica, cualquiera filma, cualquiera es fotógrafo. Lo sublime y lo grotesco de la población, encuentran espacio en el diversificado medio en el que se maneja la comunicación instantánea entre personas a cualquier distancia. Cada cual tiene su propia versión y limites: no falta el que comparte su intimidad con el universo dando a conocer detalles de lo que come, adonde lo hace, con quien y más. Otros se limitan a compartir mensajes con amigos que a su vez comparten con otros y nadie sabe adonde va a parar lo que envió al “éter cibernético”, ni que interpretación de el se hará. La “loquita” que expone detalles de sus intimidades, y el que expresa sus “preferencias sexuales”, dirigidas a alguien en específico, con intenciones lascivas, pornográficas y “demostrativas”, confiando en que será manejado de manera privada y el o ella, lo reenvía a “to’el mundaso” y terminan etiiquetado Las redes son la defensa de la población a los proverbiales abusos de sujetos con poder, revestidos de “autoridad”. El grabar las acciones de policías extorsionando ciudadanos son la mejor respuesta a una práctica ancestral, que debe atemorizar a quien la practica, porque se aplica el refrán criollo de que de “cualquier yagua vieja salta un alacrán” y lo filman desde cualquier rendija. La divulgación de lo acontecido en la barbería de Villa Vásquez, publica con evidencias claras una perversa práctica de extorsión que ha llevado a prisión a infinidad de victimas propiciatorias, que siendo inocentes, no han podido sustraerse de cargos como traficantes de drogas, propiciadores, facilitadores o cómplices. Esta asociación de malhechores tuvo oportunidad de lacerar infinidad de prestigios de personas a quienes les “sembraron” pruebas que jueces con miedo se “tragan”. Las cáceles criollas son sucursales del infierno y allí son enviados inocentes marcados, para destruirles la vida a ellos y a sus familias. En la política se utilizan las redes con mil objetivos y ha pasado a ser un nutrido recurso para el ejercicio de la folclórica política nuestra. El descalificar, es acción más recurrida que la de destacar cualidades que ha de tener el que pretende recibir el favor del voto ciudadano. Siento que las redes dan oportunidad a expresar aspectos oscuros y negativos de la psiquis criolla con impresión de falso anonimato, aunque queden huellas del origen de los mensajes. Creo que la figura del Presidente Medina ha sido impunemente irrespetada al extremo, en nombre de una falsa interpretación de la libertad de expresión. Se vuelca la pasión criolla, en el sentido más negativo y perverso.
Personajes de cuestionable vida pública, llaman a perseguir a “corruptos”. El día que se haga la estatua al “corrupto desconocido” se debería utilizar su imagen como modelo, y eso que aún no estamos en campaña!!!

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