Desde que comenzó este gobierno, los ciudadanos nos encontramos indefensos y en la oscuridad total con respecto a la evolución del empleo y a los indicadores del mercado de trabajo. El 27 de febrero pasado, una vez más, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) se arrodilló ante el gobierno y le entregó información que nadie conocía ni podía cotejar.

No es la primera vez que esto sucede. Durante el gobierno de Abinader, todos los años, en vísperas de la rendición de cuentas, el equipo del BCRD trabaja a marchas forzadas para procesar los datos de la encuesta de fuerza de trabajo (ENCFT). Asimismo, genera un selecto grupo de indicadores que se utiliza en el discurso oficial, para favorecer la puesta en escena y el lucimiento del presidente de la República.

Conforme a las políticas de difusión del BCRD los datos sobre el mercado de trabajo se hacen públicos tres meses después de que finaliza un trimestre de trabajo. Esto significa que las cifras y el informe del trimestre octubre-diciembre de 2023, se debían hacer públicos a fines de marzo del presente año.
Casualmente, un día después del discurso presidencial el BCRD trasgrede su política de difusión de datos, y decide publicar de manera temprana las cifras del mercado laboral correspondientes al 4º trimestre de 2023.

Todo indica que el BCRD renunció a su tradicional neutralidad política convirtiéndose en amanuense del gobierno y en un activo promotor de la reelección. Ante esta actitud poco honrosa, el BCRD actuó como cómplice pasivo de las fantasías expuestas por el presidente de la República, con un manejo sesgado y político de las cifras oficiales del mercado de trabajo.

El BCRD debería explicar a la ciudadanía cómo es posible que, con una tasa de crecimiento de solo el 2.4%, reportada en 2023, se logró incrementar el empleo total a “niveles históricos”, ampliar el empleo formal, amplificar el ingreso de los trabajadores y reducir la pobreza monetaria a niveles ínfimos que no se condicen con la realidad. Basta recorrer cualquier barrio del país para darse cuenta de que las cifras macroeconómicas oficiales están muy alejadas de la realidad que vive la mayoría de las familias dominicanas.

Asimismo, el BCRD debería aclarar al país si es cierta la afirmación presidencial que situó la en un 5.0% la tasa de desempleo del cuarto trimestre de 2023. El presidente dijo, “Esta tasa de desempleo abierto es la segunda más baja de la historia. La más baja también fue alcanzada en la presente gestión, en el tercer y cuarto trimestre del 2022. En otras palabras, los tres trimestres de menor desempleo de toda la historia han sido alcanzados durante la presente gestión gubernamental”.

Que en aras de la transparencia el BCRD diga por qué le entregó al Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo un registro de desocupación del 5.3% y al día siguiente el presidente divulgó que la tasa de desempleo era del 5.0%. ¿Qué hizo el BCRD para reducir en 0.3 puntos la desocupación? Esta interrogante debe esclarecerse, disipando la duda de que desde las alturas del BCRD se trabaja en favor de la reelección.

Por otra parte, creemos pertinente que la institución aclare si es correcto afirmar que el 5% de desempleo que se divulgó en el discurso presidencial se corresponde con el registro de desocupación más bajo de la historia del país, considerando que la tasa oficial de desempleo publicada por el BCRD para el 2º trimestre de 2020 fue del 3.2%.

Como no hay texto sin contexto, el BCRD debería recordarle al presidente que el gobierno del PRM inició en agosto de 2020, y que los “supuestos progresos en materia laboral” que se adjudica el gobierno, deben contrastarse con los registros pre-pandemia del 4º trimestre de 2019.

Si bien se reconoce que la tasa de desocupación cayó 0.86 puntos porcentuales, entre el cierre de 2019 y el mismo periodo de 2023, cabe señalar que esta tendencia se materializó en un entorno en donde se verificó el aumento de la tasa de inactividad, la cual aumentó 0.46 pp en el periodo (161,515 personas), así como al incremento de la fuerza de trabajo potencial (FTP) que se extendió en 107, 835 personas de 15 años y más, debido a que abandonaron la búsqueda de empleo porque se cansaron de buscar trabajo.

Lo anterior significa que la desocupación se redujo no necesariamente porque haya aumentado el empleo, sino fundamentalmente por la notable reducción en la fuerza laboral desplazándose muchas personas en edad de trabajar hacia la fuerza de trabajo potencial (FTP) y a la inactividad. Como estamos seguros de que el BCRD no asumirá su responsabilidad de corregir el discurso presidencial, le sugerimos que retome su tradicional función como garante de la política monetaria, así como una neutralidad política alejada de los deseos palaciegos y de los intereses reeleccionistas.

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