Ayer escribí el siguiente tuit: “Veo gente tumbando al Gobierno por muertes inaceptables de niños en maternidad de Los Mina. Miren ese título y recuerden los 12 infantes muertos por falta de oxígeno. Son problemas para abordar con seriedad y estrategias de largo plazo, no con politiquería oportunista”.

Ilustré ese mensaje con la imagen de un título principal de portada de El Nacional, que decía: “Mueren 224 bebés en primeras 4 semanas de 2019”, lo que quiere decir que estábamos a final de los dos gobiernos de Danilo y en el último de los 20 años casi consecutivos del PLD.

El joven periodista @CrisCabRD a quien admiro por su talento y don de gente, me ripostó con el siguiente tuit: “Don Nelson, no pierda el respeto que muchos le tenemos con una comparación como esa. Estuvo mal antes y ahora qué se supone…”

Continué la conversación, respondiéndole: “Si lees más detenidamente, Cristian, verás que no estoy haciendo comparaciones sino afirmando que ha sido un problema estructural, que ha afectado a todos los gobiernos y que debemos abordar estratégicamente. Pese al error en que incurres, respeto tu talento, joven periodista”.

Transcribo la conversación con Cristian, quien tengo entendido es persona cercana al expresidente Leonel Fernández, con quien tengo marcadas diferencias políticas, porque revela el drama inherente a la errónea administración de nuestras divergencias políticas.

Esa situación nos pone como sociedad a dar vueltas alrededor de nosotros mismos, cual si fuéramos un reptil corriendo sobre sí para morderse la cola.

Obsérvese que Cristian y yo estamos diciendo lo mismo, pero él entiende que con mi planteamiento puedo perder el respeto de algunas personas, entre ellas él.

Ahí está la clave de las problemáticas de fondo que nos han separado e impedido actuar unidos para acometer los trabajos que nos saquen del subdesarrollo y el atraso que se reflejan especialmente en las políticas estructurales que nos afectan tan transversalmente.

Falencias como las que presentan los sistemas de salud y seguridad social, educación, seguridad ciudadana, corrupción, impunidad, delincuencia medio ambiental, aseo en las vías públicas, desorden en el tránsito, etc., etc., etc., provienen en buena medida de la ausencia de institucionalidad, de las inobservancias al ordenamiento social que manda el cumplimiento de la Constitución y las leyes.

Se me ocurre que tal vez el mejor esfuerzo que podemos hacer para empezar a darles solución de fondo a todos estos y otros problemas es proseguir la concertación de las 12 propuestas de reformas hechas por el presidente Luis Abinader a los partidos y a la sociedad y que empezaron a discutirse en el Consejo Económico y Social con la mediación de una personalidad tan equilibrada e íntegra como el doctor Rafael Toribio.

Entre esas reformas están incluidas las de los sistemas de salud y seguridad social, además las de Transparencia e institucionalidad, Sector eléctrico, Agua, Policía Nacional, Modernización del Estado, Calidad educativa, Transporte, Transformación digital, Fiscal integral, Laboral, e Hidrocarburos.

El presidente Abinader inició el trabajo de las grandes transformaciones, proponiendo la concertación para el debate y la procura de soluciones a los grandes problemas estructurales.

Así también respetando la independencia de los poderes del Estado y en especial la del Poder Judicial, a cuyos resultados estamos asistiendo.

Ese es el marco de democracia institucional necesario para avanzar. Empecemos a empezar.

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