Difícil era comer con la presencia de infinidad de moscas y había que sucederse en el papel de espantarlas, mientras otros rápidamente ingerían lo ya servido. Había algunos ejemplares que se habían “zambullido” en la bebida y obligaban a botarlas. Eso es la vida diaria en Constanza, cubierta de una enorme plaga de la mosca común (musca doméstica, Diptera: Muscidae) generadas por el uso indiscriminado y sin control, de pollinaza (excremento de pollos de engorde) y gallinaza (excremento de gallinas ponedoras) mezcladas con paja de arroz, utilizadas en las “camas” de galpones. El uso de esos excrementos como abono, de manera cruda y sin tratar, crea una sobrepoblación de estos molestosos dípteros, con sus típicos cabeza, tórax y abdomen, con dos alas y unos estabilizadores pequeños. Poseen unas almohadillas que se “pegan” a las superficies por donde caminan, que les permiten colocarse en posiciones que nos parecen en contra de la gravedad. Diurnas, prefieren los cordones eléctricos de bombillos, en los hogares en las noches, donde se amontonan. Con una enorme capacidad de escapar, documentado con películas de alta velocidad, “cuentan con un sofisticado sistema de defensa que las hace anticiparse a los movimientos de su atacante y responder con movimientos muy rápidos, de unos 200 milisegundos”. Poseen sedas sensoriales en muchas partes del cuerpo y “las sedas de las piezas bucales y de las patas se usan para saborear; saborean lo que pisan”. El corto ciclo de evolución de esos “pájaros” hace que se reproduzcan a gran velocidad, poniendo sus huevos en excrementos de pollos y gallinas, que son esparcidos en los suelos agrícolas, generando nubes de moscas que perturban y ponen en peligro a los habitantes de esa zona. No se aplican larvicidas para evitar la reproducción, haciendo que estos insectos contaminen alimentos de humanos y animales. No existe reglamentación para el uso de estos desperdicios, o las autoridades se hacen de la vista gorda, sin pensar que todos los elementos para reducir el tiempo de crecimiento de los pollos que comemos, trátese de hormonas o aceleradores de crecimiento, van a parar a los suelos y de allí a los vegetales abonados con estas heces fecales. Se implica a las moscas en la transmisión de enfermedades como la disentería, el cólera, la tifoidea, salmonelosis, tracoma, con sus patas cargadas de excrementos y patógenos. Se ha estudiado la presencia de parásitos, bacterias y hongos que se esparcen en el ambiente, calculándose que puede transportar 351 tipos de bacterias. Las de Constanza ¿van solo de turistas o son causantes de daños ocultos en estadísticas inexistentes? ¿Se ha estudiado la relación entre enfermedades de la región y la presencia de moscas producidas por el excremento de aves?

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