Al Gobierno del cambio lo persiguen sus propias mentiras. No sabemos si tienen problemas con la aritmética, si están fallando las computadoras, o lo hacen en forma deliberada. Simplemente, las cuentas no le cuadran.

Cuando se comparan las cifras oficiales de extrema pobreza de 2022 (3.8%), con los valores reportados en algunos países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), resulta que el porcentaje de personas con ingresos insuficientes para comprar una canasta básica alimentaria (CBA) que les garantice el acceso a un mínimo de micronutrientes es considerablemente mayor que el de nuestro país.

Utilizando los porcentajes de personas por debajo del umbral de pobreza extrema divulgados por la OCDE, se conoce que la República Checa registró la menor tasa de pobreza con un valor de 5.3% para 2020. Le siguen Dinamarca con un registro de 6.5% en 2019, Finlandia con 6.7% en 2021, Bélgica con 8.2% en 2022 y Canadá con 8.6% para 2020.

Cuando estos resultados se comparan con las cifras oficiales de la República Dominicana, que sitúa la extrema pobreza en 3.8%, resulta que tenemos 1.5 puntos porcentuales menos de indigentes que la República Checa. Asimismo, Finlandia y Canadá superan nuestro nivel de pobreza extrema en 2.9 y 4.8 puntos porcentuales, respectivamente.

Si Arquímedes estuviera vivo, y participara en el desgobierno del cambio, gritaría eureka, lo hemos logrado. Estamos abatiendo la extrema pobreza. Estamos mejor que todos los países de la OCDE.

No obstante, las penurias económicas que viven día tras día cientos de miles de familias que no cuentan con ingresos suficientes para poner en su mesa huevos, pollo y algunos víveres ponen al descubierto las mentiras oficiales. Presentar un escenario tan triunfalista solo demuestra la falta de sensibilidad de este gobierno, y representa un agravio a la deteriorada condición económica y social que enfrenta la mayoría de la población.

En verdad, ¿el Gobierno cree que el país presenta una mejor situación de pobreza que naciones con un nivel de desarrollo relativo económico y social superior al nuestro?

Cuando nos preguntamos cómo se explica este contradictorio hallazgo, la respuesta la encontramos en el escuálido valor monetario de la línea de indigencia que utilizan las mediciones oficiales. De acuerdo con el MEPyD, en noviembre de 2022 el valor de la línea de pobreza extrema se fijó en RD$2,896 mensuales por persona. ¿Realmente el gobierno piensa que RD$96.5 diarios es suficiente para que una persona se alimente dignamente?

Los países de la OCDE obtienen el valor de la línea de pobreza como porcentaje del promedio o de la mediana del ingreso. Esta manera de proceder se sustenta en un contrato de equidad social, que les garantiza a todas las personas un nivel de vida digno (clase media), y no de sobrevivencia alimentaria como sucede en los países de América Latina, incluyendo a la República Dominicana.

Cuando se adopta un criterio de medición como el europeo, queda en evidencia la infravaloración del costo de la vida en el país, así como la subestimación en el porcentaje de población que no cuenta con ingresos suficientes para lograr una alimentación adecuada y un nivel de vida digno.

Si el umbral de extrema pobreza se fijara en el 30% del ingreso per cápita promedio de la economía, el porcentaje de indigentes se ubicaría en 7.8%, superando en 4 puntos porcentuales la medición oficial de 2022 (3.8%). Asimismo, cuando el valor de la línea se ubica en el 40% o el 50% del ingreso promedio, los registros de pobreza se disparan al 15.8% y 25.4%, respectivamente. Es decir, 12 y 21.6 puntos porcentuales, respectivamente, por arriba de la cifra oficial.

Las mediciones de la OCDE utilizan como umbral de pobreza el 60% del ingreso promedio de la sociedad. Aplicando este criterio al cálculo nacional, el porcentaje de población con ingresos insuficientes para adquirir la CBA escalaría al 35.1%.

En el Informe de Seguimiento del periodo enero-junio de 2022 del programa Supérate (antes Solidaridad) se afirma que 1,350,000 familias, que representan 4.7 millones de personas, reciben transferencias monetarias condicionadas (TMC).

Dividiendo ese total entre la población contada por el reciente censo, se comprueba que Supérate entrega beneficios al 43.9% de la población, porcentaje que se corresponde con el 44.0% de personas en pobreza extrema que se obtiene cuando el valor de la línea se calcula como el 70% del ingreso promedio.
Se concluye, por lo tanto, o no contaron bien a los pobres, o la nómina de beneficiarios de los programas sociales se abultó de manera deliberada con fines electorales.

Como no salen a la calle, ni van a los colmados, ni acuden a los mercados a comprar víveres, no se han enterado de que entre 2020 y lo que va de 2023 los precios se incrementaron 24.45%, debido al fracaso de sus malas políticas económicas y monetarias. El pueblo ya no les cree nada. En el 2024 se van.

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