La producción televisiva en República Dominicana ha pasado por situaciones muy difíciles y complicadas en las últimas décadas. Elementos como la debilidad en los criterios de producción, las profundas crisis de publicidad, la escasez de buenos técnicos y productores, y el complicado reto de los medios de comunicación tradicionales para competir con la oferta digital, ha llevado a que una gran cantidad de programas importantes y tradicionales de la televisión dominicana, hayan tenido que salir del aire.

En medio de toda esa turbulencia de la nueva realidad que ha traído el elemento innovador de la redes y la producción digital, es de profunda satisfacción el poder llegar en este mes de enero al 21 aniversario de “La Otra Cara”, un programa semanal que produzco y conduzco, y con el cual he querido contribuir al aporte de contenidos sanos, entretenidos y educativos para la población dominicana.

Producir y conducir un programa de televisión diario o semanal, es una tarea propia de titanes. Eso lo he entendido y asumido así desde que en enero del año 2000, inicié este proyecto con una entrevista al inmenso Juan Luis Guerra, justo cuando preparaba su producción “Ni es lo mismo, ni es igual”. En estos 21 años son más de mil programas que hemos lanzado al aire, tratando que cada uno de ellos sea capaz de mostrar el rostro diferente de los personajes y los acontecimientos más importantes de nuestro país y del mundo.

Antes de convertirse en un programa de televisión, “La Otra Cara” fue un segmento de la “La Super Revista” de mi hermano y amigo Domingo Bautista, por allá por el año 1994, cuando me desempeñaba como productor de los programas que conducía Domingo en Color Visión. Fue seis años más tarde, en enero del 2000, cuando nació “La Otra Cara”, todos los sábados a través de Telefuturo Canal 23. Luego se transmitió a través de RNN canal 27 y desde hace siete años es transmitido todos los sábados a las 10 de la noche a través de Señales TV, canal 40 de Altice, Claro y Wind-Telecom.

Al arribar a este 21 aniversario, quiero dar gracias, en primer lugar, a Jesús, mi Señor y Salvador, por haberme permitido alcanzar más de dos décadas en el aire. En segundo lugar, agradezco muy sincera y amorosamente a mi esposa, Zinayda Rodríguez, quien ha sido un gran apoyo y estímulo esencial para seguir adelante en esta hermosa tarea de sembrar valores en la comunicación. Agradezco también a la teleaudiencia que me ha apoyado, y a las empresas que han confiado en nuestro medio para promocionar sus productos y servicios.

Han sido 21 años de gran trabajo y de grandes retos. El camino ha sido largo y complicado, pero hemos llegado y continuamos. Siento una honda satisfacción por haber superado ya las dos décadas de existencia de “La Otra Cara” y por haber podido mostrar que es posible hacer buena televisión, llena de contenidos que aporten a crear conciencia y sembrar valores. Gracias, Dios Mío….

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