Por primera vez desde 2015, hoy 43 líderes europeos y latinoamericanos se reúnen en la cumbre Unión Europea Celac El evento, en el que participa también el presidente Luis Abinader, motiva reflexiones diversas sobre expectativas, escepticismo y posibles puntos de acuerdo entre ambas regiones. Y sin contar con los temas candentes del evento, como Ucrania, derechos humanos o el Mercosur, lo cierto es que se han identificado puntos de agenda que conviene revisar.

Así, la Comisión Europea, CAF -Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe- y el Banco Interamericano de Desarrollo lideraron las conversaciones sobre la agenda de inversiones del Portal Global EU-LAC (GGIA). Este instrumento representa la hoja de ruta con temas priorizados por la Unión Europea para invertir en Latinoamérica y el Caribe, junto a sus aliados estratégicos.

De estos diálogos se desprende la intención de la UE de invertir 45,000 millones de euros en la región. Estos recursos, tal como dejó entrever Jutta Urpilainen, comisaria de relaciones internacionales de la Unión Europea, girarán en torno a transición energética, inversiones verdes, digitalización, entre otros.

“En la mesa redonda de hoy, y bajo la Agenda de inversión de Global Gateway, me enorgullece ver cómo avanzaremos en las transiciones ecológicas y digitales justas mediante el apoyo a las energías renovables, las materias primas críticas y la movilidad eléctrica, 5G y conectividad, inclusión, educación y habilidades, salud y finanzas sostenibles”, explicó la comisaria.

Y esta ruta no es extraña, la Unión Europea viene dando pasos en esa dirección. De hecho, hace unos meses, en Bogotá, Colombia, se puso en marcha la Alianza Digital Unión Europea-América Latina y el Caribe. La iniciativa tiene el objetivo de impulsar la cooperación digital entre ambas regiones. Y entre sus temas de agenda se encuentran: la transformación digital de Latinoamérica y el Caribe, el desarrollo de capacidades para el diseño e implementación de políticas y regulaciones y mecanismos digitales, fortalecer la transformación productiva de la región a partir de la digitalización, entre otros.

A este respecto, Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea apunto a la importancia de promover “nuestra visión de una transformación digital que sea inclusiva, sostenible y centrada en el ser humano, con base en los derechos y principios digitales de la UE y la Agenda Digital eLAC2024”.

Estos dos momentos sugieren tres puntos importantes, unos más obvios que otros:

Primero, existe un interés marcado en estrechar los lazos de la Unión Europea con la Región. Estos han sido más bien tímidos en los últimos años, a pesar de los acuerdos multilaterales y bilaterales que existen con esa zona.

Segundo, las organizaciones que trabajan bajo la temática de la agenda 2030 podrán contar con posibles fuentes de inversión para sus proyectos de desarrollo. Aquí el reto principal es cómo impulsar una transición digital, sostenible y de gobernanza en sus sistemas de gestión, considerando las debilidades institucionales con las que cuentan muchas de estas, principalmente las que dedican esfuerzos a poblaciones en vulnerabilidad extrema.

Tercero, para las empresas de la región se abre la oportunidad de acceder a rondas de negocios, financiamiento e inversión, partiendo de la visión de sostenibilidad ambiental, social y económica (ESG). Y claro, esto implica, como país, ponerse en marcha hacia la accesibilidad, la innovación y la eficiencia en los procesos, usos de nuevas tecnologías y mecanismos de gestión de la energía.

Finalmente, ante este escenario, es importante transversalizar la visión de la accesibilidad. Si se está haciendo un esfuerzo por impulsar estos temas de agenda, se corre el riesgo de excluir a grupos demográficos como el de personas con discapacidad o adultos mayores. En este punto es donde cobra relevancia la inversión con perspectiva de derechos.

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