Villa Mella es la cabecera del Municipio de Santo Domingo Norte y debe ser el más pobre del gran Santo Domingo.
Además de la pobreza, en muchos lugares extrema, Villa Mella tiene un transporte caótico. Trasladarse hacia el Distrito Nacional en horas de la mañana o volver en la tarde es infernal: Una sola vía de acceso que resulta insuficiente para el crecimiento desproporcionado del parque vehicular que ha tenido el municipio es el escenario diario de “tapones” que duran horas, durante las cuales los agentes de la Digesett (Amet) parecen no ser suficientes para ayudar a solucionar el problema, aunque otras veces, se puede afirmar que ayudan a crearlos.

Otro gran problema municipal es el ruido, el cual va en aumento, tanto en casas, como en vehículos y negocios; la bulla sin control se adueña del lugar, sumados a una contaminación visual impresionante y también en aumento. Y, una lástima, ninguna autoridad hace nada al respecto.

Así mismo, Villa Mella está llena de basura. En muchas entradas existen improvisados basureros que afectan a los munícipes y que las autoridades parecen no ver. También, al lado de las columnas que sostienen el Metro de Santo Domingo, munícipes desaprensivos depositan basura, justo en medio de la vía principal de acceso al municipio. Otras veces las autoridades, quizás precisamente, para “dejarse ver”, recolectan las basuras en las denominadas “horas pico”, contribuyendo a que los embotellamientos sean mayores.

Y, si esto es la vía principal, imaginemos sus calles interiores y sus barrios y residenciales, a pesar de que el municipio tiene al vertedero de Duquesa en su territorio.

Todo esto en una mezcla nociva entre munícipes sin conciencia cívica y autoridades que no son creativos o proactivos, que no van a los clubes, juntas de vecinos y colegios a concientizar sobre el debido uso de la basura, sumado a una recolección deficiente.

Ahora bien, si mala ha sido la gestión de la basura en el municipio, peor ha sido quizá el cuidado de sus áreas verdes, que Villa Mella aún tiene mucha, pero que pierde poco a poco.

Por ejemplo el sector Riovisa de El Edén, levantado en terrenos de una compañía dedicada al negocio de la construcción, tiene unas áreas verdes que han estado en constante peligro y que se han ido disminuyendo con el silencio cómplice de las autoridades que han estado al frente del Ayuntamiento de Santo Domingo Norte.

Al respecto, el Departamento de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento, o incluso la Sala Municipal si es necesario, debe “tomar el toro por los cuernos” y hacer que se cumpla la ley, preservando las áreas verdes y sacando a cualquier invasor.

La ley iguala a todos, no debe haber peligros ni temores en cumplirla y hacerla cumplir. De hacerlo las “autoridades” ganarán el respeto de los munícipes, de lo contrario la repulsa de estos sería entendible, lógica e inevitable.

Las autoridades municipales tienen la obligación de hacer cumplir la ley, seguro el costo político será menor que si continúan con la política de mantener “al chivo suelto, y sin ley”.

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