Hace falta admitir que tenemos una crisis de liderazgo que afecta notablemente a los políticos, sobre todo, a la nueva generación. Muchos están desorientados sobre cómo proceder en el quehacer político. Los partidos políticos están llamados por ley a capacitar a sus militantes sobre la administración pública y también sobre cómo expresar las posiciones del partido con argumentos. No es apropiado que tantos jóvenes acudan a una campaña electoral sin nada importante que decir cuando tenemos cientos de temas pendientes en sociedad. La profesionalización de la política es vital para que se produzca el debate que la gente quiere escuchar.

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