Un mejor futuro está a nuestro alcance 2020

Para la mayoría de sociedades, y la dominicana no es una excepción, año nuevo tiene un significado que va mucho más allá de un sencillo cambio de calendario.

Para la mayoría de sociedades, y la dominicana no es una excepción, año nuevo tiene un significado que va mucho más allá de un sencillo cambio de calendario. Este simboliza el optimismo que trae consigo la idea de un nuevo comienzo en el que renovamos las energías para enfrentar las adversidades que tenemos por delante y la fe de que un mejor porvenir está en nuestras manos. En el fondo, todos tenemos la convicción firme en nuestros corazones de que trabajando juntos, podemos hacer cada año más exitoso que el anterior. Por eso, aunque la época es de fiestas, lo que sigue es un tiempo de metas, de propósitos.
Revisando el año que finaliza, nos preguntamos, ¿qué podemos hacer para que el nuevo sea diferente de manera positiva?
República Dominicana inicia 2018 de una manera no muy afortunada. Seguimos siendo un país con serios retos en materia de seguridad, siendo la violencia generalizada la mayor amenaza contra los ciudadanos. Al mismo tiempo, el desempleo continúa duplicando la media regional y nuestros trabajadores, a pesar de las largas jornadas, no logran cubrir siquiera la canasta básica. En cuanto al sistema de educación, este no ha visto las reformas necesarias que ayuden a poner en manos de la gente las herramientas para el desarrollo real y sostenible. Cuando le sumamos a estas situaciones una electricidad cara y deficiente, salud inaccesible, altísima migración ilegal, es fácil comprender por qué todas las encuestas marcan que en promedio, el 70% de los dominicanos consideran que el país va por mal camino.

Pero interesantemente, esas mismas encuestas, sin excepción, nos dicen que los dominicanos creen que un mejor futuro se acerca. Es el reflejo de ese optimismo que resulta más visible a inicio y fin de año, pero que también acompaña a nuestra gente cada día. Carl Sandburg, el poeta sueco tres veces ganador del Premio Pulitzer, no se equivocó cuando dijo: “Lo único que necesitamos para comenzar, es un sueño de que podemos ser mejores que antes. Lo único que debemos tener, es fe de que ese sueño se hará realidad. Lo único que tenemos que hacer, es actuar, y el tiempo de la acción, es ahora”.

En repetidas ocasiones, a través de estas páginas así como en comparecencias públicas, he resaltado que República Dominicana se encuentra en un importante momento de transición política, económica y social. En las manos del pueblo está la llave de escoger qué rumbo queremos que tome nuestra nación, el cual definirá el porvenir de cuanto menos, los próximos 20 años.
Teniendo muy claras las frustraciones del pasado lejano y reciente, en este momento de excepcional significado, podemos decidir si seguimos con las mismas prácticas que no han traído prosperidad real para las grandes mayorías, o si por el contrario, asumimos la responsabilidad de sentar las bases para una transformación profunda que haga de nuestra patria una verdaderamente más justa para todos.

Nosotros creemos en esta oportunidad de renovación y por eso hacemos el llamado a todos los dominicanos, en especial a esa ciudadanía olvidada, reiterándoles que pueden y deben ser los protagonistas de este resurgir de los valores fundacionales y con ello hacer realidad el sueño dominicano.

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