¿Especulación con la carne de pollo?

El aumento en el precio de la carne de pollo que se ha producido en el país en los últimos meses ha traído de nuevo a colación…

El aumento en el precio de la carne de pollo que se ha producido en el país en los últimos meses ha traído de nuevo a colación el tema de la especulación. Se ha acusado a la cadena productores-comercializadores-colmados (supermercados) de especular con los precios de uno de los alimentos más importantes de la canasta básica del pueblo dominicano.

Para nadie es un secreto que los gobiernos tienden a pagar un elevado costo político cuando los precios de este tipo de alimentos evidencian alzas significativas. Cuando el alza de precios se origina en procesos especulativos, los gobiernos disponen de mecanismos muy sencillos para eliminarlas rápidamente.  En una economía abierta, un aumento en el precio de la carne de pollo que no se derive de factores externos e internos que provoquen aumentos de los costos de producción y que, por tanto, sea el fruto de prácticas especulativas, se desmorona con el simple anuncio de importaciones del alimento. Y es que el mejor antídoto contra la especulación y las prácticas monopolísticas en la determinación de precios de bienes transables internacionalmente, es la amenaza permanente de las importaciones.

Si el Gobierno dominicano no recurrió a la medicina tradicional para enfrentar la especulación que no pocos sacaron a relucir, es porque no ha habido especulación.

Por alguna razón extraña, los que argumentaron que el alza en los precios de la carne de pollo era fruto de la especulación, no estaban informados que Estados Unidos está sufriendo la peor sequía de los últimos 56 años, que afecta la mitad del territorio y que algunos han comenzado a definir como catastrófica.

Debido a la sequía, 27 millones de hectáreas (5.6 veces el territorio dominicano) de maíz y soya, dos insumos básicos utilizados en la crianza de pollos de engorde, se han perdido, provocando una caída brutal en la productividad de la agricultura norteamericana en esos cultivos.  Como era de esperar, al desplomarse la oferta de maíz y de soya, los precios de estos granos y sus derivados han aumentado a niveles nunca antes vistos en la historia.

El pasado 31 de julio, el precio del maíz alcanzó US$342 la tonelada métrica (TM), el más alto de la historia, 10% más caro que el precio del año anterior y 28% mayor que en julio del 2008 cuando, a raíz de la crisis financiera mundial, los precios de los “commodities” registraron alzas descomunales; el petróleo llegó a US$145 el barril el 3 de julio de ese año.

El precio de la soya también se ha disparado, aumentando a US$661 la TM, superior al nivel registrado en todos los meses de julio anteriores. En los últimos 12 meses ha subido un 32%. La harina de soya, uno de los insumos más utilizados en nuestro país para la crianza de pollos de engorde alcanzó el pasado 31 de julio US$601 la TM, también el más alto alcanzado en el mes de julio en toda la historia, para un aumento de 54% con relación al precio de US$389 que promedió en julio del 2011.

¿Podían los productores dominicanos de carne de pollo mantener los precios en granja inalterados frente a lo que ha estado ocurriendo en el mercado de granos e insumos utilizados para alimentar los pollos? La respuesta sólo podría ser afirmativa si todos hubiesen tomado la decisión de quebrar.

En Estados Unidos el precio de la carne de pollo comenzó a aumentar en el mes de junio. El precio en granja subió de 95 centavos de dólar (RD$37.19) la libra, superior al de 87 centavos de dólar del mes anterior, para un aumento de 9% en un solo mes. En julio ha seguido aumentando y en la prensa norteamericana nadie ha hablado de especulación ni ha convocado a “días sin pollo”. De lo que sí se habla es que la grave sequía que afecta a ese país es la responsable del alza en el precio de la carne de pollo y que en los próximos meses, en el mejor de los casos, subirá un 10% más. En Inglaterra se ha alertado que ante el alza de los precios de los insumos que se utilizan para alimentar los pollos, los supermercados deberán prepararse para pagar en los próximos meses un precio 20% más alto a los productores para estos últimos poder seguir suministrándole carne de pollo.

El precio actual de la carne de pollo (pollo completo) en el país es de RD$55 la libra, prácticamente el mismo precio que tenía en los supermercados norteamericanos en junio pasado (RD$54.42) y probablemente inferior al que se publicará el 8 de agosto como precio promedio del mes de julio. Los cortes allá son todavía más caros (RD$63 los muslos, RD$97 la pechuga con hueso, y RD$125 la pechuga deshuesada).

Aquí nadie ha especulado. Quien lo puede estar haciendo es la naturaleza, que con la sequía en Estados Unidos, nos está alertando de lo que pasará en el futuro si no actuamos con responsabilidad frente al cambio climático, el problema más serio que enfrenta la humanidad.

Los artículos de Andy Dauhajre en elCaribe pueden ser leídos en www.miprd.org/andy

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