Inmortales lloran, ríen y bailan en noche histórica

Tony Peña había recibido su galardón cuando se dirigía al asiento que le tocó ocupar en el lugar de los exaltados.

Tony Peña había recibido su galardón cuando se dirigía al asiento que le tocó ocupar en el lugar de los exaltados. De pronto, tomó de la mano a una joven y esbelta modelo y comenzó a bailar breves segundos el emblemático merengue “Caña Brava” mientras el Anfiteatro de Altos de Chavón se quería caer por los estruendosos aplausos que arrancó la escena a las miles de personas que acudieron a presenciar el tercer ceremonial del Salón de la Fama del Béisbol Latino.

Ese fue uno de los tantos momentos de esplendor que parió esta histórica noche, en la que, además de Peña, siete grandes del béisbol latino fueron llevados a la inmortalidad:  el panameño Benjamín Oglivie, el venezolano Jesús (Manny) Trillo, los boricuas Bernie Williams y Luis (Tite) Arroyo, el cubano Tony Oliva, el ex antesalista mexicano Aurelio Rodríguez y dos figuras de béisbol: Patt Gillick y Ernesto (Monchín) Pichardo.

Ellos fueron protagonistas de una velada en la que el llanto, la risa y las remembranzas enamoraron a más de uno. Peña fue el más aplaudido, tanto como al cubano Oliva, quien se robó a la  concurrencia con un largo, pero jocoso discurso que finalizó en el idioma inglés.

“En 1961 yo estaba de “Honey Moon” (Luna de Miel) en Puerto Rico cuando me llamaron a jugar para los Tigres del Licey y vine a pesar de eso”, recordó el ex jugador de los Mellizos de Minnesota al tiempo que hizo poner de pie a su esposa mientras se escuchaban aplausos mezclados son carcajadas.

Roberto Weill, presidente y fundador del Salón de la Fama del béisbol Latino, pronunció el discurso central de la ceremonia y lo hizo cargado de felicidad y emotividad, la misma que invadió a los corazones presentes cuando los maestros de ceremonia Kevin Cabral y Ernesto Jerez solicitaron un minuto de silencio a la memoria de Mateo Rojas Alou, miembro de la famosa trilogía de hermanos Alou que falleció a finales del año pasado.

Manny Trillo y Oglivie fueron visiblemente dominados por la emoción  y lloraron. A duras penas pudieron  articular palabras.

Felipe sobre Guayubín
Felipe Alou habló cuando le tocó entregar un reconocimiento a la finada leyenda del béisbol criollo Diómedes (Guayubín) Olivo, representado por su hijo Pedro Antonio, y recoger otro dedicado a los Leones del Escogido, por su campeonato en el torneo invernal y en la Serie del Caribe.

“La historia del béisbol dominicano descansa sobre varias columnas”, espetó Alou al hijo de Guayubín. “Y su padre es una de esas grandes columnas”, añadió. “Le estaremos eternamente agradecidos”.

Lou Melendez, vicepresidente de las Grandes Ligas, recibió el reconocimiento a los campeones Cardenales de San Luis durante el ceremonial que fue dedicado a Venezuela, representado por el inmortal latinoamericano Andrés Galarraga y por el cónsul venezolano en el país, José Luis Rangel.

Pedro Martínez fue ovacionado en grande cuando apareció en un vídeo acerca de la historia de los Medias Rojas de Boston en el que también se divisaron los no menos aplaudidos David Ortiz y Manny Ramírez.

El reconocimiento a los Medias Rojas fue recibido por Martínez, Jesús Alou y el actual dirigente de esa organización Bobby Valentine, quien también recordó que vino a trabajar pelota de invierno en plena luna de miel. Todos rieron y recordaron a Oliva.

Alou pareció responder unos comentarios anteriores de Weill en alusión a la gran presencia de los Yankees de Nueva York con Robinson Canó, Jenniffer Steinbrenner, la hija del conocido dueño del equipo neoyorquino, George Steinbrenner, Williams y Peña. “Aquí está el domador de yanquis”, dijo Jesús sobre Martínez, un tres veces ganador del premio Cy Young.

La noche cerró con el premio “a la excelencia Tom Lasorda” a Patt Guillick. Antes de eso, el propio Lasorda recibió un trofeo después de que un vídeo suyo desató risas y aplausos.

“Cuando me preguntan mi nombre, respondo: Tomás Mondonga Lasorda”, contó el ex dirigente de los Dodgers .

Guillick recogió su exaltación e invitó al escenario a Epifanio Guerrero, quien habló brevemente para pedir una ovación a Osvaldo Virgil,  primer dominicano en Grandes Ligas, presente en la ceremonia.

Luis Tiant, Oreste (Minnie) Miñoso Dennis Martínez, Edgar Martínez, Pedro Guerrero, José Rijo, Mariano Duncan, Alfredo Griffin y Tony Fernández, entre otras leyendas latinas apoyaron el evento.

Felipe Payano, ministro de Deportes, casi mencionó a todos los criollos presentes durante su discurso al inicial el acto. A él le correspondió izar la bandera dominicana.l

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