“Magnolias de acero”, una comedia de “risa dolorosa”

Encarnada en la veteranía de Olga Bucarelli y su personaje, una ordinaria propietaria de una peluquería en Louisiana, se presentó Magnolias de acero en Bellas Artes.

Encarnada en la veteranía de Olga Bucarelli y su personaje, una ordinaria propietaria de una peluquería en Louisiana, se presentó Magnolias de acero en Bellas Artes.Bucarelli es Truvy, interpretación en contraposición a una Nashla Bogaert tan bisoña como su personaje. Una historia intensamente yankee. La trama gira alrededor de Shelby, una joven diabética a punto de casarse, interpretada por Hony Estrella, con una actuación sorprendente por su intensidad, cautivadora y sin desperdicios.

Con diálogos ágiles y de una ironía típicamente sureña, se va entrelazando la historia de seis féminas, quienes entre rolos y esmaltes representan la vida y los problemas de la tradicional mujer de clase media baja americana, aquella que solo conoce el mundo a través del cable local, pero cuyo sentido de fidelidad prevalece ante cualquier situación.

M’Lynn Eatenton (Elvira Taveras), vivo ejemplo de generosidad y amor materno, impregna la escena de tragedia con un ápice de gracia que deja al espectador colgando entre el llanto y la risa. Yanela Hernández se roba la obra en el papel de la divertida y tiránica Shirley, cuyo malhumor es fomentado por Drum, el padre de Shelby, quien con su gatillo alegre mantiene al vecindario al grito. Por último, el personaje de Clairee Belcher, la viuda sin oficio, recae sobre la consagrada Yamilé Scheker, para completar un reparto excelente a lo largo del conmovedor relato.

El guión de Steel Magnolias, como es conocida en inglés, fue adaptado a un formato universal, y que no pierde actualidad. Sin embargo, los nombres y el lenguaje anglosajón empleados pueden resultar en una puesta en escena complicada y empalagosa para quien desconoce dicha cultura.

Pasados dos actos y un frío intermedio de diez minutos, la peluquería apareció sombría; las complicaciones del embarazo de Shelby trajeron consigo a su anhelado hijo y junto a él, una muerte prematura, dejando en vilo a las seis Magnolias y a un público triste y expectante. En el diálogo final de M’Lynn sale a relucir el protagonista más importante de esta historia, la amistad, esa que nos recuerda que no viajamos solos, que la vida viene acompañada de seres cuyos defectos y virtudes nos sostienen unos a otros.

Una vez más, Juancito Rodríguez reúne en las tablas una nueva camada con la ya consagrada generación de actrices dominicanas, que con su garantía de calidad, entrega y profesionalismo buscan poner en alto un teatro que por mucho tiempo se ha visto rezagado al ámbito local.

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