Mensaje claro

El jefe de la Policía Nacional le envió otro muy claro mensaje a los delincuentes, al decir que prefiere que los matadores del coronel…

El jefe de la Policía Nacional le envió otro muy claro mensaje a los delincuentes, al decir que prefiere que los matadores del coronel Pedro de la Cruz no se entreguen por las vías que acostumbran hacerlo cuando se ven cercados por la persecución de las autoridades. “Lo digo sinceramente a la sociedad dominicana, con toda la responsabilidad del mundo, me gustaría que no se entregue”, expresó con cara de enfado el mayor general José Armando Polanco Gómez, quien cuando se le preguntó la razón de tan estrambótica solicitud, respondió así: “pues para nosotros buscarlo”, y para motivar su posición, agregó más adelante: “Ya hemos hablado varias veces con él y no se quiere entregar. Yo como jefe de la Policía no es verdad que la sociedad me puede permitir a mí que me siga poniendo de mojiganga de un delincuente. Una nación no puede estar a expensas de las acciones que a los delincuentes se les antoje materializar. La sociedad no puede seguir exhibiendo una actitud masoquista, defendiendo y protegiendo a criminales capaces de quitarle la vida a una persona de forma fácil y desalmada”. Habló el general…

Intolerancia

Mucha gente, principalmente tratándose de políticos, gusta de acostumbrarse solo a oír lo que quiere escuchar, y no termina de aterrizar en la realidad, máxime si es contraria a sus deseos. He recibido reportes de las reacciones airadas y el eco hasta grosero que ocasiona en algunos perredeístas alineados en la franja interna contraria a la autoridad institucional partidaria las opiniones de todos los que vemos que seguirá el proceso disciplinario contra el presidente Hipólito Mejía y varios de sus actuales pupilos. Como ejemplo de intolerancia van y vienen los epítetos y calificativos al granel, en demostración de que todo depende del prisma con que se ven las cosas, ya que para estas personas, los impolutos, objetivos y honestos analistas son solamente los que creen y escriben, con todo su derecho, lo que ellos quieren escuchar y leer. ¡Qué bueeeno! ¿Eeeh…?

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