Los grandes corredores olímpicos que han ganado medalla de oro, como Félix Sánchez, han requerido entrenar muy duro para fortalecer sus piernas y su sistema respiratorio, y han tenido que practicar miles de veces el salto de arranque de carrera, por saber que un buen corredor debe salir bien, correr bien, respirar bien, y llegar bien hasta la meta, pues de esas variables dependen sus posibilidades de ganar, pero ningún corredor se entrena para atravesar el pie al corredor vecino como forma de triunfar, porque eso no es ético, ni es legal.
Sin embargo, en la política dominicana, es tan alta la degradación, tan limitada la visión y tan escasa la razón, que algunos corredores electorales se pasan la campaña entera atravesando un pie a quien lleva la delantera, por entender que su única forma de avanzar y ganar es lograr tumbar, de cualquier manera, a quien encabeza la carrera, cuando lo ético y lo elegante es saber correr más rápido para lograr llegar delante.
Es lamentable que algunos corredores políticos perdieran mucho tiempo en la salida, pues por estar haciendo una contra campaña al corredor que no era, dejaron que les cogiera delante el corredor que realmente era, y cuando se dieron cuenta de quién realmente era, en lugar de iniciar su carrera, perdieron tiempo de acción atacando la sombra de la modificación a la Constitución, con lo cual demostraron ante la nación que más que un gran fervor por la defensa a la Constitución, había un acentuado interés de obstrucción, y al perder esa confusa carrera de su interpretación de la Constitución, perdieron un valiosísimo tiempo que hubiese sido muy útil para avanzar su posición.
Corredores electorales, que pudiendo ir delante, o al menos en competencia cerrada, todavía no se percatan de que están muy atrás por usar estrategia errada, porque cada día es más la gente que les retira su apoyo por entender que corren sin propuestas, sin planes y sin soluciones, y a veces no tienen ni idea de las implicaciones de lo que dicen públicamente, ya que usted les ve plantear que van a garantizar pleno empleo, pero no dicen cuál es su iniciativa para lograr dar empleo a toda la gente en edad productiva, porque en verdad no saben cómo hacerlo, mientras otros plantean legalizar fumar droga, sin medir que el nivel de rechazo es tan alto que luce broma.
Pero la más espectacular opositora forma de fracasar es apostar a que con la caída internacional del asesor electoral también caiga el candidato local asesorado, ya que desde ese mismo momento se han olvidado de su propia campaña electoral para dedicarse a buscar en la prensa internacional cualquier declaración del asesor caído que pueda salvar el opositor destino involucrando al candidato temido, o rogando a Dios en cada mañana que el presidente de la empresa brasileña investigada le diga a la fiscalía de allá que donaron fondos para alguna campaña electoral de acá, al extremo de que gente que ayer dijo que el presidente que sacó a millones de brasileños de la pobreza, era un prócer a imitar, hoy le quieren criticar y lo quieren ver caído, no porque en su país haya cometido algún pecado capital, sino por haber apoyado al candidato local que ellos han odiado y temido.
En política hay mucha gente presumida de saber más de la cuenta, pero nunca se han dado cuenta que cuando dedican su tiempo y sus fuerzas sólo a criticar y a detractar a su competidor, realmente le están haciendo un gran favor, ya que mientras se sientan a criticar y a chismear, el otro corre para avanzar y ganar, y tarde o temprano se han de percatar que esa estrategia es irracional e infuncional; y hasta la Iglesia Católica ha dicho este Viernes Santo que “al pueblo le repugna una contienda política dedicada a sacar al sol los trapitos de los opositores”.
Ya es tiempo de que los corredores políticos dominicanos aprendan a correr y a ganar con las fortalezas de sus propias piernas, y no con las debilidades de las piernas ajenas, porque ese estilo reprochable está haciendo mucho daño a ellos y a la política dominicana, y ya la gente entiende que quienes no se sientan con suficientes energías naturales para correr bien, simplemente se pueden abstener y dejar que otros con mejores condiciones vengan a correr, en una competencia electoral donde cada día es más que evidente que la oposición simplemente apuesta a ganar sólo si antes de llegar a la meta oficial pueden lograr la caída del corredor gubernamental. l
