Vertederos improvisados y la ausencia de los camiones recolectores de la alcaldía, mantienen al borde de la desesperación a los residentes en la Villa Olímpica, de esta ciudad, según denuncian los moradores en ese lugar.
La situación se torna inaguantable ya que la hediondez de los desperdicios acumulados durante días, que se desintegran con mayor rapidez a causa de las lluvias, hace irrespirable el ambiente, de acuerdo a expuesto por los afectados.
El problema se ve agravado porque moradores de las periferias han tomado el lugar como depósito de basura mientras que ni en sombra se ven las brigadas municipales, con lo que aumenta la preocupación de los residentes.
“Ese hedor penetra a los apartamento y no se puede dormir aquí”, afirmó Maria Gil, residente en la Manzana C-1 de la Villa.
Uno de los tantos vertederos improvisados se encuentra frente a los terrenos donde se construirá en el futuro, la parroquia Maria Magdalena. A escasos metros hay una caseta donde periódicamente se ofician misas.
En toda la zona se percibe un olor nauseabundo como consecuencia de la basura que contiene alimentos descompuestos por lo que no hay paz ni tranquilidad a ninguna hora del día.
A esto se agrega las plagas de insectos como moscas, cucarachas, ratones y gusanos, que siembran el terror entre los vecinos más cercanos al depósito.
El problema sería de fácil solución si la alcaldía instalara contenedores en la zona pero una petición en este sentido, formulada a las autoridades encabezadas por Gilberto Serulle, no ha sido atendidas hasta el momento.
A la par con esto, los camiones recolectores se han ausentado de la Villa Olímpica y específicamente por la Manzana C-1 no se ven desde hace varios días mientras la basura aumenta a cada hora, ocupando parte del área que deben utilizar los transeúntes e incluso parte de la calle.
