Saludable

La UASD, con el asesinato del coronel Julián Suárez Cordero, pasó de eterna víctima a infame victimaria. Quienes dispararon al oficial policial no calcularon que también mataban de vergüenza y culpa a la Alma Máter. En purificación, el Consejo Universitario anuló al “Felabel”, comprobada su vinculación con la violencia armada. Triste que sea la pérdida de una vida valiosa el marco para la autoridad universitaria imponerse ejemplarmente contra células anarquistas disfrazadas de grupos estudiantiles. La historia es vieja. Sobre el pesar, hay que saludar la medida. La lucha estudiantil del presente sólo puede ser la del conocimiento. La UASD no debe seguir sirviendo de trinchera particular. Por los pobres que quieren estudiar.