El Distrito Educativo es una estructura intermedia de gestión que agrupa un conjunto de centros escolares de los diferentes niveles y modalidades en que está organizado el Sistema Educativo dominicano (niveles Inicial, Primario y Secundario; la modalidad General y la Técnico Profesional en que se divide el Nivel Secundario y, por otro lado, el subsistema de adultos).
El Distrito es el órgano de mayor trascendencia en la consolidación de la descentralización del Sistema, y constituye el órgano rector o de gobierno inmediato de las escuelas. Las escuelas agrupadas en un Distrito Educativo comparten una demarcación territorial y condiciones socioculturales homogéneas.
El Sistema, dividido en 18 Regionales, reúne un conjunto de provincias, y a su vez cada regional tiene a su cargo un grupo de distritos, que en total constituían 105 distritos escolares en todo el territorio nacional.
Según la Orden Departamental No. 02-2015, el Ministerio de Educación de la República Dominicana crea 14 nuevos distritos para el Sistema de Educación nacional.
Hemos leído reflexivamente la Orden, sus considerandos, revisado la Ley General de Educación 66-97 y el Reglamento Orgánico del Ministerio, usados como referentes para esta decisión ministerial y, en tal sentido, estamos sensibles con los planteamientos sobre la necesidad de contar con una estructura organizativa más eficiente, pero nos quedan algunas inquietudes.
La atomización del Sistema tiene implicaciones inmediatas y tal vez perturbadoras, en cuanto adiciona, por cada nuevo distrito, además del equipo directivo, de oficina y de apoyo, los técnicos distritales, que en la mayoría de los distritos actuales, constituyen decenas (coordinador distrital, de ciclos, de áreas, de género y mérito, de participación, de bienestar estudiantil, de supervisión y planificación, entre otros).
¿Cómo está relacionada la reorganización con la calidad y la equidad a que hace referencia la Orden? ¿Cómo se vincula esta decisión con la mejora de los indicadores de eficiencia interna (promoción, sobreedad, repitencia y abandono) con los indicadores de logro por grado/área establecido en el actual Diseño Curricular dominicano? ¿Cómo nos aseguramos que esta decisión no tenga sólo impacto político y gremial, sino que constituya verdaderamente un insumo para la mejora de los aprendizajes de nuestros niños?
Finalmente, recordemos que en el Pacto Educativo, consignamos el compromiso de que todas las decisiones de política educativa deben sustentarse en investigaciones y estudios aplicados. l
