La vigésimosegunda enmienda

En los últimos días de Gobierno del Presidente Barack Obama en Estados Unidos, en varias actividades públicas, incluyendo aquella en la que ofreció su discurso de despedida, se escuchaba claramente un coro de voces que decía “four more years”, es decir, cuatro años más.

En los últimos días de Gobierno del Presidente Barack Obama en Estados Unidos, en varias actividades públicas, incluyendo aquella en la que ofreció su discurso de despedida, se escuchaba claramente un coro de voces que decía “four more years”, es decir, cuatro años más.

Varias encuestas publicadas en ese año revelaron que el 60% de los electores hubiese votado por Obama si hubiera tenido la posibilidad de optar por un tercer periodo consecutivo, con niveles muy por encima de Donald Trump y de su compañera de partido Hillary Clinton. Sin embargo, estaba impedido por la vigésimosegunda enmienda de la Constitución, disposición que nació por una situación coyuntural y de la cual se arrepienten incluso algunos de sus principales proponentes.

Esta vigésimo segunda enmienda fue aprobada en el Congreso estadounidense en el 1947 cuando el partido republicano logró allí la mayoría y con ello quería frenar el poder del partido demócrata, ya que entre Harry Truman y Franklin Delano Roosevelt habían gobernado por 20 años. Sin embargo, cuando en enero de 1961 el republicano Dwight Eisenhower se encontraba al final de su segundo mandato presidencial, algunos de los más apasionados defensores de los motivos esbozados para aprobar la citada enmienda intentaron sin éxito su modificación.

En la actualidad hay varias propuestas para eliminar la prohibición, fundamentadas en argumentos como los del académico Andrew Rudalevige, profesor de la Universidad de Brunswick en Maine, quien señala que la enmienda coarta la voz del pueblo porque limita la voluntad popular y además priva a la sociedad de gobernantes con más experiencia que lo hayan hecho muy bien y que los electores nueva vez deseen premiar con su voto.

Por otro lado, un Presidente limitado a dos periodos se convierte en el segundo mandato en una especie de “lame duck” o “pato lisiado” en un gobierno aletargado, con pocos incentivos para servir al bien común, y por esto muchos de los principales países aliados de Estados Unidos no tienen estos límites, tal como Inglaterra, Italia, Japón, Australia, entre otros.

Un estudio reciente de los catedráticos de ciencias políticas James Alt de la Universidad Harvard, Ethan Bueno de la Universidad de Chicago y Shanna Rose de la Universidad de New York muestra que los Estados con Gobernadores reelectos por más de dos periodos han experimentado mayor crecimiento económico y más prosperidad. Por esto y otras razones señaladas, el tema de la enmienda, lejos de ser algo irrefragable, está siendo objeto de profundos debates.

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