La apatía, descuido o indiferencia suelen convertirse en fuerzas que, movidas desde una actitud individual, terminan creando grandes dificultades que a la larga terminan en problemas estructurales.

Condiciones y situaciones que obtienen el grado de peligros colectivos, bien pudieron ser evitados si en cada ciudadano se hubiera incubado la idea del respeto a las leyes, a las personas, a la naturaleza, al medioambiente.

Si por ejemplo cada persona se comprometiera a no lanzar los desechos sólidos plásticos en cualquier lugar que halle y decidiera echarlos en un lugar donde luego no vayan a parar a ríos, cañadas, arroyos y finalmente al mar, es muy probable que no se estuviera produciendo la amenaza que ahora existe contra las fuentes de agua.

Fruto de esa actitud de dejadez, y por qué no decirlo, de irresponsabilidad, que se ha convertido en una cultura de irrespeto, la basura marina constituye hoy en día un desafío mundial. Cada año millones de toneladas de basura terminan en el mar, flotando o sumergidas.

Se han hecho vaticinios de que para el año 2050 podría haber más plásticos que peces en el mar. ¡Qué horror!
En República Dominicana es ya común ver fotos o fílmicas de basureros flotantes en arroyos, ríos, rías y playas. Las escenas en las que las aguas lucen completamente cubiertas por envases plásticos que han sido lanzados por personas inconscientes, ya ni asombro causan. Y si no causan asombro, es porque ya se está generando una costumbre, una cultura. Es una lástima que nos estemos acostumbrando a ver y aceptar esa actitud depredadora. Siempre habrá iniciativas tendentes, sino a evitar, al menos a remediar los males de esas inconductas.

Felicitamos la acción iniciada el fin de semana por las embajadas de los Países Bajos y Alemania y los Pitufos, para limpiar la playa capitalina de Güibia. Y acogemos a plenitud la expresión de la embajadora del Reino de los Países Bajos, Annemieke Verrjip, cuando dijo: “Limpiar una sola mañana, una sola playa o un solo país, no es más que un gesto simbólico”.

La precisión de la diplomática sobre la jornada es la base, la esencia del mensaje: “Si limpiamos podemos inspirar a otros a que también actúen, utilicen menos plásticos y tiren la basura en los zafacones”. ¡Enhorabuena!

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