La violencia contra la mujer no es un fenómeno nuevo, ni local; se puede presentar en cualquier familia o clase social. En la actualidad millones de mujeres en el mundo de entre 15 y 49 años de edad son víctimas de maltratos físicos y emocionales que terminan destruyendo su autoestima y poniendo en riesgo su vida.

Esta violencia se vive frecuentemente al interior de los hogares dominicanos en las relaciones de pareja, a través de palabras agresivas, tratos humillantes, control económico, amenazas, agresiones físicas, que durante siglos permanecieron como “naturales” en una relación de marido y mujer. Hoy vemos con horror cómo cada día las mujeres son víctimas de horrendos asesinatos que hemos denominado Feminicidios.

No es posible que una relación de pareja se convierta en el principal riesgo para la vida y la salud de la mujer.

Es necesario iniciar una labor de prevención enfocada en la niñez y la adolescencia, desde la familia y desde la escuela, ya que la sociedad tradicionalmente ha promovido la falsa creencia de la superioridad de lo masculino sobre lo femenino, enseñando a las mujeres desde niñas a ser complacientes y dóciles, en cambio a los hombres se les forma para ejercer el poder y la agresividad.

Mientras tanto, es importante preguntarnos, nosotros, desde la familia y desde el vecindario, qué podemos hacer para evitar que más mujeres sigan siendo maltratadas en sus hogares, o perdiendo la vida a manos de sus parejas, expareja o pretendientes.

Desde el Estado, desarrollar políticas públicas dirigidas al control de este fenómeno que se ha convertido en una enfermedad social, y sobre todo terminar con la impunidad que rodea a la mayoría de estos crímenes.

Guadalupe Decamps
Abogada, Centro Antonio Montesino
Miembro del Consejo Consultivo PUCMM

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