Se muestran desfasados aquellos que hablan y se comportan como si aún fueran detentadores del Poder. El mandato les fue revocado en los procesos electorales concluidos en julio pasado. Desde entonces dejaron de tener la fortaleza que les daba la unidad interna que se había exhibido en las últimas décadas.

Como si fuéramos tontos, invocan su propia falta, pero atribuyéndosela a otros. El grupito al que se redujo el pasado Partido de gobierno ahora amenaza porque quería una JCE propia. Error, eso se acabó, ha sido con miembros idóneos, probos, apartidistas y calificados.

Un miembro del CP del PLD reclama que “no habrá interlocutor, no habrá puente con el gobierno y con el partido de gobierno. Vamos a estar en una JCE permanentemente cercada, bombardeada, cuestionada, por un partido que se busca destruir” (El Nacional, 5/11/2020)

Esa amenaza con una escopeta sin municiones, es una confesión de que no pudieron torcerle el brazo a los senadores cuando buscaron imponerle un candidato de Presidente del órgano electoral de reconocida militancia partidaria y hasta vocero de Hipólito Mejia.

Lo otro que también dice, es que se busca “reducir lo más que se pueda al Partido de la Liberación Dominicana”; eso es consecuencia de su propia falta y lo provocaron con la repetida conducta de que en política “to’ e’ to y na’ e’ na”. Más aún, que “desde el Poder todo se puede”.

Ahora va de caída un sistema de partidos donde grupos con estilo oligárquico lo controlan todo. Organizaciones políticas que son asaltadas para comportarse como oligopolios económicos. Esas características se ven claras en el PRD, donde su Presidente es el dueño; en el PLD se va mostrando con crudeza, donde el expresidente Medina es dueño y echa del seno de esa organización “el que no está con él, porque es su enemigo”.

El partido de gobierno luce distraído en la cotidianidad y sin un diseño estratégico. Esa incoherencia conduce a debilitar las fuerzas propias y los poderes fácticos que le acompañan.

El país tiene una población predominantemente joven, y ellos requieren participación inclusiva, con mucha apertura, abierta y democrática. No conciben una organización política, si no es con igualdad de oportunidades.

El PLD ha anunciado su congreso, siendo una repetición degradada de sus congresos anteriores, agravado porque lo anuncian sin ponderar que el país y el mundo está en medio de una crisis sanitaria, económica y, provocada por estas dos, una crisis social.

Este lunes la Fuerza del Pueblo inicia formalmente su Congreso digital y presencial, el cual es ya un paradigma, un modelo y ejemplo histórico. En su fase pre-inicial se abrió un registro para 17 Mesas Temáticas y se han inscrito más de 12 mil dominicanos, de ellos el 62% de jóvenes de 18 a 49 años; si asumimos la reclasificación de la OMS, que considera jóvenes desde los 18 a 65 años, tenemos el 93.7% en ese rango de edad participando.

Esas mesas son para debatir ideas sobre la definición y estructuración del Partido. Se han elegido sus bufetes directivos con equidad de género y se han celebrado 17 “lluvias de ideas”. Ahora se va al debate con formalidad y amplia participación, se trata de un nuevo estilo para un sistema partidario novedoso.

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