Un espacio silencioso, agradable, acogedor e iluminado, siempre es ideal para descansar y leer un buen libro

En la mañana o en la noche después de llegar del trabajo, para leer, los amantes de la lectura buscan el espacio más tranquilo del hogar, y se acomodan para leer la obra de su interés. Pero, ¿qué tal si se habilita una zona especialmente para ello? Para hacerlo, no se necesita un gran espacio, ni grandes herramientas. Mientras más sencillo el lugar y que tenga lo necesario, mejor. Lo primero que debes hacer es ubicar el ambiente idóneo, aquel que cumpla con las condiciones.

Por ejemplo, el entorno tiene que cumplir con estas premisas: ser cómodo, para que el tiempo de lectura sea placentero; accesible y agradable, para que la lectura se desarrolle en un entorno acogedor. De esta manera, a cualquiera le daría mucho más deseo de leer, inclusive, a los niños por quienes muchos padres se preocupan por inculcarles el hábito de la lectura. Luego de ubicar el lugar, es preferible realizar una especie de librero, ya que también es el mejor amigo de la lectura. Hazlo de una forma atractiva para que te incentive en todo momento.

Otro elemento que no debe faltar es un sillón cómodo. Que sea grande o pequeño va a depender del tamaño del espacio. Asimismo, es igual de importante la iluminación. Aunque hayamos ubicado el espacio de lectura en una estancia de la casa luminosa, en los días nublados o por la noche necesitaremos un foco de luz.

A la hora de elegir tus lámparas, ten en cuenta que una buena iluminación es la que aporta suficiente luz, pero al mismo tiempo no deslumbra. Por lo tanto, evita las lámparas demasiado potentes, a menos que éstas permitan ser graduadas.

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