NUEVA YORK, EE.UU. La nobleza engrandece al hombre, sin importar su estatus económico, social, político, religioso o de cualquier otra índole que se enmarque en este mundo tan convulsionado, controvertido y confuso.

El “lead” (entrada en la Jerga del periodismo), da fortaleza al criterio que siempre expongo en mis escritos respecto al ejercicio del “mejor oficio del mundo”, como bautizó la profesión de periodista el laureado e inmortal escritor colombiano Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982.

El vocablo nobleza, aunque quizás no sea prudente atribuírmelo, quiero que esté conmigo en mi pensamiento (en todo mi ser) y en mis adentros. ¡Qué lo esté en todo mi trayecto de vida!

Con nobleza y humildad os proclamo que en mi larga estancia como trabajador del periodismo -que inicié en el verano de 1979, y ya corren 44 años-, nunca me había sentido tan feliz, alegre, entusiasta y hasta con manifiesta actitud nostálgica, la noche del pasado 1 del presente mes, día del segundo lanzamiento de mi nuevo libro, Historia Imborrable -Gigantes del periodismo dominicano- que tuvo como escenario el local de la Dirección Dominicana de la Cultura en Estados Unidos, con operación en Nueva York.

Esta nueva obra, el pasado 24 de marzo, la di a conocer en Santo Domingo. El escenario fue la Sala Aída Cartagena Portalatín de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.

Como lo revelé en el breve discurso que pronuncié en el acto del pasado viernes, a solicitud de gente de la diáspora dominicana, en especial de los colegas José Alduey Sierra, Adalberto Domínguez y Manuel Ruiz, decidí también hacer el lanzamiento del libro aquí, en La Gran Manzana. ¡Y qué tan alta ha sido mi satisfacción por la tremenda acogida de esta obra que suma la número 21 de mi producción libresca!

Personalidades de marcan la excelencia de Rafael Lantigua -reputado médico dominicano con más de 40 años con pulcro ejercicio en Nueva York- y el pastor Javier Fuentes (quien es además conocido líder comunitario), prestigiaron el acto.

Viejos amigos de mi siempre recordado barrio San Carlos igualmente estuvieron presentes… y adquirieron el libro haciéndolo de manera rápida, antes de que se terminaran todos los ejemplares. En efecto, en el clímax del acto, ya no había un solo ejempla en la mesa. Se habían agotado.

Síntesis: El segundo lanzamiento en esta ciudad del libro Historia Imborrable -Gigantes del periodismo dominicano, fue un acontecimiento de trascendencia singular.

¡Gracias del alma Nueva York!

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