Actuemos con moderación

Nuevamente, República Dominicana activa la alarma por estar en el trayecto de un poderoso huracán llamado Irma, que mantiene atenta a toda la población por los efectos que se esperan puedan sentirse a partir de hoy en nuestro país.

Nuevamente, República Dominicana activa la alarma por estar en el trayecto de un poderoso huracán llamado Irma, que mantiene atenta a toda la población por los efectos que se esperan puedan sentirse a partir de hoy en nuestro país.

El presidente Danilo Medina ha dado instrucciones precisas a las entidades responsables de salvaguardar vidas y bienes, quienes deben emplearse a fondo para que los daños provocados por Irma se reduzcan a su más mínima expresión.

Todos sabemos que los fenómenos naturales tienen fuerza propia, y que por esta razón hay una parte que escapa al control de la capacidad y destrezas del hombre para lidiar con sus consecuencias.

Sin embargo, vale resaltar las diligencias realizadas por el Gobierno para que los embates de este poderoso huracán sean afrontados con responsabilidad de Estado.

He recibido reportes de personas quejándose e incluso resistiéndose para que las autoridades no los evacúen de donde viven, pese a haber sido identificadas como residentes de zonas vulnerables y de alto riesgo de inundación y deslizamientos de tierra.

Desafortunadamente, nuestro país todavía tiene cientos de miles de ciudadanos que viven en endebles viviendas y a orillas de ríos, arroyos y cañadas, lo que los hace más susceptibles de sufrir con mayor drasticidad el impacto de cualquier tormenta o huracán.

Y son precisamente estas personas las de mayor preocupación para los organismos de socorro, que como en otras ocasiones tienen que lidiar con gente que hasta el último momento se muestran hasta violentos cuando los invitan a buscar un refugio más seguro para proteger sus vidas.

Estos eventos siempre dejan una estela de dolor y considerables estragos económicos, porque sus efectos son igualmente devastadores para la agricultura, infraestructura vial y otros daños colaterales.

Por todo, debemos unirnos como un solo cuerpo para enfrentar este gran desafío. Pedimos al Todopoderoso y a la Virgen Santísima que proteja al pueblo dominicano, para que Irma no sea tan demoledor como en las islas del Caribe por donde dejó las implacables huellas de su marcha.

El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) mantiene una activa dinámica de emisión de boletines sobre la evolución del fenómeno, en los cuales reitera los llamados a que la gente obtempere sus orientaciones y actúe conforme el plan de asistencia diseñado por el Gobierno.

Pero de nada servirá este esfuerzo sin la cooperación razonable que se nos pide. Sólo así evitaremos que al final de la jornada volvamos a contar más víctimas mortales, heridos, desapariciones y pérdidas cuantiosas de bienes materiales.

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