El lunes de esta semana el país fue informado de un pacto electoral, que con el nombre de Alianza Opositora Rescate República Dominicana han acordado los partidos políticos Fuerza del Pueblo, Liberación Dominicana y Revolucionario Dominicano con la finalidad de presentar en las próximas elecciones municipales y congresuales de 2024 candidaturas comunes en 86 alcaldías municipales, 150 distritos municipales y 3 a nivel senatorial. De igual modo se comprometieron a respaldar en segunda vuelta al candidato de la alianza que clasifique en primer o segundo lugar en la primera.

Este acuerdo con propósitos estrictamente electorales para desplazar del poder al Partido Revolucionario Moderno ha sido criticado virulentamente por los que no entienden cómo la Fuerza del Pueblo y su presidente, Leonel Fernández, pueden aliarse con aquellos que los persiguieron y calumniaron.

Juan Bosch, el maestro y líder por antonomasia ya pasó por esta situación cuando en 1974 tuvo que aliarse con fuerzas de extrema derecha y de derecha que habían participado en el golpe de estado que lo derribó del poder en 1963.

A sus críticos le respondió que, quienes criticaban un acuerdo entre fuerzas políticas contrarias lo hacían porque no habían estudiado la política de manera científica y desconocían “los hechos históricos que a lo largo de los siglos nos demuestran que la unidad entre diferentes sectores sociales y políticos con diferentes posiciones políticas se ha producido ya en otras partes del mundo”.

Citó como ejemplo la guerra de 1870 entre Alemania y Francia, donde se “juntaron todas las clases sociales francesas para hacerle frente al avance alemán y fue solo después de la derrota de las fuerzas francesas cuando se produjo el levantamiento de los trabajadores, conocido en la historia como la primera revolución proletaria, el primer movimiento proletario, es decir, el movimiento de la Comuna”.

Asimismo, recordó que en la segunda guerra mundial “las fuerzas de extrema izquierda de ese momento en el mundo estaban representadas por la Unión Soviética, único país socialista que se conocía entonces, y las fuerzas de la extrema derecha estaban representadas por el nazismo alemán que había atacado a Francia y Holanda y a Bélgica, que estaba atacando a Noruega y a Inglaterra. Los rusos, es decir los líderes de la Unión Soviética, lo que gobernaban la Unión Soviética, país de trabajadores, estado proletario y socialista, vieron en peligro su patria, vieron en peligro su tierra, vieron en peligro su organización política, vieron en peligro el gobierno del proletariado de la Unión Soviética. ¿Y qué hicieron? ¿Qué hizo Stalin entonces? Llegaron a un pacto con Hitler. ¿Para qué? Para ganar tiempo”.

“Hitler, es decir, la extrema derecha mundial aceptó el pacto porque tenía miedo de que mientras él atacaba a Inglaterra, la Unión Soviética lo atacara por la espalda en Polonia y en Checoeslovaquia y avanzar sobre Alemania. Es decir, también la Alemania nazi llegó al pacto con Stalin porque la Alemania nazi temía al estado soviético, temía al poder socialista y así llegaron a pactar en un momento dado de la historia, no ya las clases de un solo país para defenderse, sino las clases con su ideología, las clases opuestas con su ideología opuesta y con estados organizados de manera diferente y sobre la base de una estructura social diferente, pactaron también en el año 1939 o en el 1940”.

“Aquí, señores, -terminó diciendo Juan Bosch- este país está en peligro; y el pueblo entero lo sabe, y lo saben todas las clases, saben que la República Dominicana está en las puertas de un gran peligro y por eso el pueblo con su instinto finísimo está apoyando la unidad desde el primer día; la unidad entre todas las clases y los representantes políticos de esas clases que estén dispuestos a salvarla del peligro, del peligro en que se encuentra, del peligro que la amenaza”.

Pues bien, en estos momentos la República Dominicana vuelve a estar en peligro, con un gobierno que no ha sabido encontrar soluciones apropiadas para la crisis que se sufre; con servicios públicos que se deterioran, como sucede con los apagones que han vuelto, con la entrega de los pasaportes que ya no se consiguen en cuestión de horas, con las llamadas del 911 que no responde a tiempo oportuno; con una ciudadanía aterrorizada por la delincuencia y la inseguridad en las calles; y con una población desesperada por los altos precios de los artículos de primera necesidad.

Ante un gobierno que compra alcaldes de la oposición, que pone en práctica toda una política clientelar para avasallar voluntades, es necesario, y más que necesario, indispensable, que las fuerzas de oposición se unan, y se unan en un propósito común, ganar las elecciones, y que, con un líder experimentado, como Leonel Fernández el pueblo encuentre de nuevo el camino del progreso y el bienestar.

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