Paz vs guerra

La concepción de paz más dominante que manejan los líderes y las instituciones internacionales hoy, continúa siendo la tradicional de occidente y es heredada del concepto de pax romana: “paz como ausencia de guerra”. Concepto pobre, insuficiente y políticamente interesado. Orienta a caminos cerrados sin creatividad social. La dinámica a seguir es prepararse para la defensa, vigilar los propios intereses cueste lo que cueste, armarse para que los otros vean la fuerza propia y desistan.
Desde el nacimiento de la investigación para la paz, en la década de los 60 del siglo pasado, el concepto adquiere un nuevo significado. La paz no es lo opuesto a la guerra; la paz es lo opuesto a la violencia. Si los seres humanos están en una situación de violencia, no existe la paz. Como señala Galtung (2006), acaece violencia cuando los seres humanos están situados o influenciados de tal forma que sus relaciones afectivas, somáticas y mentales están por debajo de sus realizaciones potenciales.

Paz vs violencia

Al violar los derechos fundamentales de sujetos y de comunidades, se les quita posibilidades de crecimiento y desarrollo, no pueden expresar sus intereses e ilusiones. La ausencia de opciones los sitúa en una dinámica de limitación y autodestrucción que constituye un verdadero camino de anulación. Por el contrario, proteger los derechos de los sujetos para que desarrollen sus atributos y cualidades, facilita un ambiente de superación y crecimiento. Se construye así un bienestar apacible. “El respeto al derecho ajeno es la paz” (Benito Juárez). En este sentido, se establece una diferencia que va a ser fundamental: la distinción entre violencia directa, violencia cultural y violencia estructural. Entiende la 1ra como la agresión física directa (la más visible y llamativa de las tres)

La 2da como inherente a las visiones compartidas por los sujetos con sus costumbres (prejuicios, discriminaciones culturales, etc.). La 3ra como la escondida en las estructuras sociales creadas por todos. Estas últimas dos son muy determinantes y menos evidentes. Precisamente estas son las que impactan más entre las comunidades y grupos sociales; por ello Galtung (2006) concluye “llamar paz a una situación en la que imperan la pobreza, la represión y la alienación es una parodia del concepto de paz”.

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