A la inmensa mayoría del pueblo dominicano le resulta odiosa la práctica de organismos internacionales, como probablemente les ocurra en cualquier parte del mundo a las personas que aman y defienden su país, de que pretenden trazar pautas, que en ocasiones no responden a la realidad, en políticas propias de un Estado soberano.

En algunos casos se hacen imputaciones absurdas, como a República Dominicana con el tema migratorio, que se le acusa hasta de dar un trato esclavo a los haitianos.

Es lo de ahora con Amnistía Internacional (AI), que en su reciente informe 2022/23 retoma el tema de la discriminación racial y de la supuesta privación arbitraria de la nacionalidad (apatridia) a miles de haitianos.

Con la presunta apatridia, que de manera inevitable figura en sus informes anuales, AI nunca lo ha podido documentar por falta de información o porque tampoco se ha esforzado por obtenerla y simplemente recoge las denuncias de organizaciones locales pro haitianas.

Si efectivamente existieran casos de apatridia en República Dominicana, las autoridades debieran abrir de par en par las puertas a Amnistía Internacional para buscarles una solución, siempre y cuando estén debidamente documentados.

Venir en cada informe anual con el mismo cántico no ayuda, como sí podría ocurrir con denuncias de deportaciones masivas y en algunos casos de redadas indiscriminadas, a lo que elCaribe editorialmente ha llamado la atención porque no tiene sentido que las autoridades se regodeen por la gran cantidad de haitianos que deportan a su país, mientras ignoran que Haití atraviesa una crisis humanitaria.

Deplorable y que debería avergonzar a las instancias responsables, es que haya que darle razón a AI en temas como la violencia sexual o de género, la corrupción, el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía, discriminación a la mujer (caso Código Penal y la interrupción del embarazo).

A nadie le gusta que desde afuera vengan a darnos “pau pau”, que no se reconozcan los esfuerzos que despliegan nuestros gobiernos y solo se aireen las cosas negativas y carencias sociales, algunas históricas.
Nuestro consejo es que del informe de AI se tome y se deje hasta el siguiente, que muy probable sea similar, señal de que o no avanzamos como país o de que este tipo de organizaciones justifican su existencia haciendo siempre lo mismo.

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