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El Banco Central y la Junta Monetaria han dado pasos para cambiar el rumbo de la política monetaria hacia una postura más flexible.

Es en una dirección que procura restablecer los incentivos monetarios que posibilitaron la recuperación económica tras la estrepitosa caída (-6.7 %) del 2020 como consecuencia de la pandemia del covid-19 que afectó al país desde marzo de ese año, y que obligó a cerrar la economía.

En aquella ocasión las autoridades monetarias pusieron a disposición del mercado más de RD$200,000 millones para que el sistema financiero proveyera financiamiento en condiciones blandas para impulsar la reactivación, a través del crédito para el consumo y la inversión.

Ese esquema se estructuró con base en la liberación de recursos del encaje legal y reducción paulatina de la tasa de política monetaria, de 3.00 % a 8.50 % en un período de 12 meses. Estuvo activo hasta el segundo semestre del 2021, año en que el producto interno bruto (PIB) se expandió en 12.3 %.

El aumento de liquidez de entonces tuvo un factor inesperado. La guerra entre Rusia y Ucrania generó un incremento en los precios de los commodities ligados a alimentos y energía que disparó la inflación mundial.

La economía dominicana, pequeña y abierta, no escapó a esos efectos inflacionarios y las autoridades monetarias se vieron en la necesidad de aplicar, desde noviembre del 2021 una política monetaria restrictiva, que incluyó aumento de tasas y desmonte del resto de los incentivos. Se encareció el dinero para frenar el proceso inflacionario, lo que restringió el consumo y la inversión.

Los objetivos se lograron y las autoridades monetarias flexibilizaron la postura desde mayo pasado, cuando la inflación mensual fue de -0.20 % y la interanual de 4.43 %, para regresar al rango meta establecido en el programa monetario del Banco Central que es 4.0 % ± 1.0 %.

La primera decisión fue reducir 50 puntos básicos a la TPM, que bajó a 8.0% anual y envió la señal al mercado de reducir el costo del financiamiento. La medida complementaria cita un 9 % como referencia para los créditos a ser otorgados en el esquema estimulado.

La otra medida, un complemento imprescindible para lograr el objetivo buscado, es un estímulo de RD$94,000 millones aprobado para apoyar la producción y el consumo mediante el financiamiento.
En síntesis, son medidas positivas y favorables.

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