Todo parece haber sido dicho en cuanto a mensajes de orientación y de las cosas por hacer en la Semana Mayor.
La salvedad que se hace para esta de 2023, es que se trata de la primera vez en varios años en que la pandemia aparenta estar totalmente bajo control.
Habrá, por lo tanto, mucho más movilidad y no escaseará, por la idiosincrasia del dominicano común, el que la aproveche para el desenfreno.
Como medio de comunicación responsable es para elCaribe de cumplimiento obligatorio el llamado al descanso, a la reflexión y el recogimiento.
Advertir a los que vacacionan que después de este asueto la vida continúa.
Y que sea mayoritario el deseo de que pasemos estos días en familia.
Se trata de jornadas en las que predomina lo religioso, se desborda la devoción y la fe cristiana se renueva.
A propósito, también es recomendable aprovechar la circunstancia para pedir respeto a la manera de pensar del que no comulga con nuestro credo.
Al evocar el sacrificio de Cristo en la cruz, no se puede olvidar que según las sagradas escrituras lo hizo para conseguir el perdón por nuestros pecados y llamó a “amar a tu prójimo como a ti mismo”.
Es una frase bíblica que sirve en estas fechas sacras para recordar que debemos apartarnos del odio y del fanatismo, males anacrónicos y preocupantes. Sobre el fanatismo sentenció Unamuno: “Hay quien en nombre de caridad cristiana mata, quien para salvar al prójimo te lleva al quemadero”.
Es necesario que la reflexión tenga un objetivo superior, que tienda a buscar un equilibrio entre todas las cosas que pretendemos encarar el resto del año, pero también priorizar todo lo que pueda servir para preservar la armonía y la convivencia pacífica.
Ejercer la prudencia significa pensar antes de actuar, conducirnos con moderación y evitar los excesos.
Tratemos de que esta Semana Santa no repita, como todos los años, un balance de vidas perdidas y accidentes de todo tipo, pese al loable esfuerzo de miles de voluntarios que se sacrifican para cuidar de la población que se moviliza en estas fechas.