La navidad suele ser una de las mejores épocas del año para el dominicano, sobre todo por ser un tiempo para compartir en familia.
Casi siempre en esta fecha las personas se reúnen para celebrar, compartir abrazos y regalos, y por supuesto… detener la dieta que mantuvimos durante todo el año.
El dominicano, sin importar la religión que profesen, adornan sus casas con el tradicional arbolito, además de las luces en los balcones y barandillas.
En los barrios populosos del país, la navidad se planifica con aguinaldos, bailes y villancicos; lo que despierta la algarabía de todos, a pesar de los problemas que cualquiera pudiera estar atravesando.
En el caso de nosotras, las mujeres, nuestro trajín resulta más tedioso debido a los afanes que se presentan con los preparativos de noche buena, donde se engalana la mesa con los diferentes platos típicos del dominicano, así como los platos extranjeros que también forman partes de la celebración.
Asimismo, los regalos mediante los llamados “angelitos”, son parte de lo que caracteriza la navidad donde se engloba una mezcla de sensaciones de armonía y, sobre todo, por esa entrega del dominicano para que todo le salga bien.
A pesar de que es un tiempo de alegría, muchas personas se entristecen por la pérdida de algún ser querido.
La navidad también es la época de escribir las nuevas metas para el año que se avecina; por ejemplo, comprar un vehículo, renovar la casa, ahorrar para las vacaciones, etcétera.
También es el tiempo donde la solidaridad se manifiesta con más fervor y entusiasmo, donde llegan las maletas con ropas y los accesorios de la casa.
Desde ya, la mayoría de los barrios en la República Dominicana se preparan para organizar su arbolito de navidad que representa a su sector. Muchos de esas comunidades participan en concursos para elegir el mejor del barrio, por lo que la creatividad y la imaginación se ponen a volar para resaltar entre los mejores.
Así somos la mayoría de los dominicanos en esta época, personas sencillas pero risueñas y solidarias.