Sin hacer tabla rasa del tiempo inveterado, puesto que el conocimiento sobre un objeto cognoscente resulta ser acumulativo, de suerte que desde el pretérito vino a darse el tránsito hacia la centuria novecentista, cuando ahí surgió en los análisis sobre el lenguaje el harto sabido giro lingüístico, concepto atribuido a Gustav Bergmann, mientras que semejante indagatoria acerca del significado de la expresión nominal interesó las mentes ilustradas de Gottlob Frege y Ludwig Wittgenstein, cuyo pensamiento en torno a semejante materia amerita ser pergeñado de ahora en adelante.

Antes de entrar en materia, urge poner de manifiesto que semejante estudio conviene realizarse siguiendo el hilo conductor de Francisco Conesa, por cuanto desde una mirada retrospectiva este autor procuró descifrar el significado de la palabra, del nombre, término o signo lingüístico, pero cuya perspectiva giró en torno de la semántica, donde esta disciplina científica cobró equivalencia de sentido con la filosofía analítica.

En puridad conceptual, la semántica tratada en este sentido puede traducirse en la filosofía analítica del lenguaje, cuya paternidad se le atribuye a Gottlob Frege, recipiendario del Círculo de Viena, donde se propugnaba por la formulación lógica de las estructuras sintácticas, según las reglas propias de la ciencia, en busca de dotar de claridad y exactitud al significado de las palabras, lo cual iba acorde con la tradición positivista preponderante en semejante versión del giro lingüístico.

En efecto, con la expresión giro lingüístico, los académicos del Círculo de Viena, nucleados bajo la orientación intelectual de Moritz Schlick, entendieron que el análisis lógico del lenguaje sería la panacea para la solución definitiva de las rivalidades entre filósofos, hasta el punto de convertir a la filosofía en ciencia y así tuvo inicio una nueva tradición en el estudio sobre el significado de la palabra u oración.

A la vanguardia de esta nueva tradición academicista estuvo Gottlob Frege, considerado como el padre de la filosofía analítica y fundador de la versión moderna de tal disciplina cognoscitiva, cuyo objeto de estudio vino a consistir en la interrelación entre lenguaje, pensamiento y mundo, procurando a ultranza el análisis de las palabras, expresiones nominal y predicativa, frases u oraciones mediante la debida estructuración lógica para garantizar la apropiada claridad y exactitud.

Así, Gottlob Frege realizó sus aportes a la filosofía del lenguaje mediante dos ensayos publicados en las postrimerías de la centuria decimonónica, intitulados Sentido y Referencia y Concepto y Objeto, donde formuló sendas disquisiciones sobre los enunciados de identidad y tras de sí los clasificó en analíticos, cuya verdad podía establecerse de modo apriorístico, sin apelar a la experiencia, pero los sintéticos son empíricos y requieren verificabilidad u observación directa en la realidad circundante.

Para Gottlob Frege, la solución de la problemática relacionada con el significado del término radicaba en ver la distinción entre referencia y sentido, cuya interpenetración era indiscutible, en tanto que el primer elemento consistía en el objeto nombrado por la expresión nominal, mientras que el segundo componente vino a ser el modo o forma en que este objeto etiquetado suele darse.

Ante todo, el sentido representa la noción cognoscitiva en término real de la cosa nombrada, aunque si es una oración semejante significado queda reflejado en el pensamiento o conocimiento expresado en dicha proposición, vista como el entendimiento captado sobre el enunciado, pero puede mostrar verdad o falsedad.

Y como autor de relieve trascendental, hay que reservar un espacio significativo para Ludwig Wittgenstein, por cuyas obras, Tractatus lógico-philosophicus, Investigaciones filosóficas y Cuadernos azul y marrón, comparte mérito con ambas posturas del denominado giro lingüístico, a saber: Filosofía analítica y tradición británica, las cuales procuran valerse del lenguaje para estudiar los problemas filosóficos relacionados con la hermenéutica del mundo y de la realidad, a través de las estructuras sintácticas proferidas durante el proceso de la interacción comunicativa.

Con el rodaje de la teoría figurativa del significado, este filósofo del giro lingüístico, discípulo de Bertrand Russell, procuró trazar los límites de la expresión del pensamiento, a través del lenguaje. Y tras de sí, sostuvo que una proposición constituye una figura, tal si fuera una pintura, maqueta o dibujo, donde queda representada la realidad, mediante situación real, hipotética o un determinado estado de cosas, compartiendo entre lenguaje y mundo la estructura común de la lógica, por cuanto existe una interrelación tripartita.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas