Annemieke Verrijp
Embajadora del Reino de los Países Bajos
Volker Pellet
Embajador de Alemania
Eric Fournier
Embajador de Francia
Antonio Pérez-Hernández
Embajador de España
Stefano Queirolo Palmas
Embajador de Italia
Katja Afheldt
Embajadora de la Unión Europea

Se cumple más de un mes desde que Vladimir Putin invadiera Ucrania. En apenas 5 semanas, un país que antes de la guerra tenía el PIB equivalente a la República Dominicana y Panamá, un país libre y democrático, está siendo reducido a escombros. Esta agresión injustificada está teniendo un impacto en el mundo entero. Las acciones bélicas de Putin han elevado el precio de los alimentos y el combustible, aumentando así el costo de la vida en la República Dominicana. Los ataques indiscriminados a la población civil han provocado un éxodo de 11 millones de refugiados, de los cuáles 4 millones abandonaron su país y han sido acogidos en su amplia mayoría por la Unión Europa. Se trata del equivalente a toda la población del Gran Santo Domingo.

Putin ha demostrado su desprecio total por el derecho internacional, las normas fundamentales de convivencia pacífica y el respeto a la integridad territorial de los Estados, tal como está recogido en la Carta de Naciones Unidas. La agresión militar sin precedentes de Rusia contra Ucrania, un ataque premeditado y sin justificación alguna, ha sido condenado por la comunidad internacional a través de dos resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas respaldadas por una amplia mayoría. La República Dominicana, al igual que la región latinoamericana y caribeña, ha permanecido del lado del derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas, y la soberanía nacional. Putin asegura que Ucrania no tiene derecho a existir como nación independiente. Ha intentado justificar el horror causado falseando la realidad: primero alegando la protección a la minoría étnica rusa de un posible genocidio, después de una respuesta a la provocación de la OTAN, y ha llegado a afirmar que Ucrania es un país ficticio.

No queremos una guerra más en el continente europeo, y por ello apoyamos los esfuerzos políticos hacia la paz. La Unión Europea reafirma su disposición a acompañar los esfuerzos en favor de un alto el fuego, y el regreso de los refugiados.

Ucrania tiene derecho a determinar su propio futuro, y asegurar sus fronteras. Esta crisis nos concierne a todos. Lo que está en juego no es solamente la libertad y la soberanía de Ucrania, sino la de todas las naciones comprometidas con los valores democráticos. Por eso, necesitamos que la comunidad internacional siga demostrando unidad y determinación ante la amenaza de Rusia a nuestras libertades.

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