Franja inundable del río Ozama en Domingo Savio

El pasado viernes, la arquitecta Patricia Cuevas, coordinadora de la Unidad para la Readecuación de La Barquita y Entornos (URBE), y quien suscribe, Osiris de León

El pasado viernes, la arquitecta Patricia Cuevas, coordinadora de la Unidad para la Readecuación de La Barquita y Entornos (URBE), y quien suscribe, Osiris de León, presentamos ante los medios de comunicación los resultados de los estudios geotécnicos, hidrológicos y sociales realizados en la margen occidental del río Ozama, en el sector Domingo Savio, resultados que evidencian que los asentamientos humanos de los sectores de La Ciénaga y Los Guandules han crecido hasta tocar las aguas del río Ozama sobre una franja caracterizada por arcillas blandas, arenas sueltas y turbas (materia orgánica carbonosa de origen vegetal) de muy baja capacidad de carga (0.3 kg/cm2), con un nivel freático (agua subterránea) ubicado a 50 centímetros bajo la superficie, con un altísimo riesgo de inundación por lluvias torrenciales o por tsunamis, y con una muy mala respuesta sísmica por efecto de amplificación del espectro sísmico por mala calidad del suelo, estudios técnicos que indican que esta zona marginal al río Ozama no es apta para construcción.

En ese contexto, los estudios hidrológicos mostraron que para un período de retorno de 10 años el 23.9% del área se inunda por completo, mientras que para un período de retorno de 50 años el 67% del área se inunda por completo, sin embargo, el mes de septiembre de 2017 ha marcado un hito referencial en materia meteorológica regional, ya que los huracanes Harvey, Irma y María fueron tres fenómenos meteorológicos consecutivos que tuvieron la particularidad inusual y anormal de que en pocas horas pasaron de tormentas tropicales a huracanes mayores, desarrollando tantas cargas de vientos y descargando tantas lluvias que provocaron destrucciones e inundaciones, y en algunos casos hasta muertes, en Barbuda, Saint Marteen, Dominica, Puerto Rico, Cuba, La Florida, Houston y las costas del nordeste de la República Dominicana, al extremo de que todavía muchas de las islas del Caribe no han podido recuperarse de estos graves daños que ya han sido estimados por agencias de Estados Unidos en unos 200 mil millones de dólares.

En adición a lo anterior, el artículo 109 de la Ley Ambiental 64-00 establece claramente que es responsabilidad del Estado garantizar que los asentamientos humanos sean objeto de una planificación adecuada, que asegure una relación equilibrada con los recursos naturales que les sirven de soporte y entorno; mientras que el artículo 110 de la misma Ley dice que los asentamientos humanos no podrán autorizarse en lechos ni cauces de ríos, ni en terrenos inundables, ni en terrenos pantanosos, lo que implica que los asentamientos humanos existentes en esta franja adyacente al río Ozama violan la Ley Ambiental 64-00.

De igual modo, sabiendo que después de los huracanes Harvey, Irma y María hay muchas preocupaciones en la comunidad científica mundial, en las agencias de manejo de desastres, y en el Banco Mundial, fruto del notable incremento y fortaleza de los fenómenos meteorológicos extremos, y sabiendo que estos fenómenos podrían ser cada vez más frecuentes y más devastadores, la sociedad dominicana requiere de un reordenamiento de los asentamientos humanos emplazados a orillas de nuestros grandes ríos, como parte de un Plan Maestro de Ordenamiento Territorial Nacional, y ello debe llevarnos a desocupar gradualmente las franjas marginales de mayor riesgo de inundación a los fines de proteger la vida de los ciudadanos que habitan a orillas de ríos, pues además de las inundaciones por fenómenos meteorológicos como vaguadas, tormentas y huracanes, tenemos el riesgo de inundaciones por tsunamis, y apenas la pasada semana tuvimos una alerta de tsunami para el mar Caribe fruto de un terremoto de magnitud 7.6 ocurrido al norte de Honduras y al suroeste de Jamaica, justo en la misma falla que produjo el devastador terremoto de Puerto Príncipe, Haití, en fecha 12 de enero de 2010, lo que indica que en 8 años esta falla ha provocado 2 grandes terremotos.

De ahí que, siendo un deber del Estado dominicano garantizar la integridad física y la vida de los dominicanos, se ha tomado la decisión de declarar como territorio no urbanizable una franja de 270,000 metros cuadrados en la margen occidental del río Ozama, en el sector Domingo Savio, zona que está ubicada altimétricamente entre la cota cero y la cota 3 metros sobre el nivel medio del mar, y que está ocupada por 1,400 familias que fueron empadronadas en noviembre del 2016 y que serán ayudadas económicamente para que puedan reubicarse en lugares altos no vulnerables a las inundaciones, antes de que nos impacte un próximo fenómeno meteorológico extremo que ponga sus vidas en peligro, para entonces proceder a convertir esa franja en un parque ecológico fluvial, lateral al río Ozama, y complementar con una avenida interior que serviría como vía de evacuación general para casos de emergencias.

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