A Deligne, compañero y amigo

N egro Minier fue un extraordinario mercadólogo y cuadro político que viniendo de la hermosa y escarpada serranía de Monción, Santiago Rodríguez, escaló hasta la posición de jefe de distribución en Santo Domingo de una de las principales industrias de productos de uso masivo.

Tuve el privilegio de ser su amigo y compañero en el proyecto político de Milagros Ortiz Bosch y me dicen que fue de los fundadores de la corriente de Luis Abinader en sus inicios, cuando aún yo no me incorporaba.

Cuando a mi salida del gobierno del PRD en 2004 instalé el comedor Mesa Bonita, Negro se convirtió en un habitué de mi negocio, donde iba por las noches a asesorarme sobre cómo mejorar las ventas. Entonces sosteníamos largas charlas acerca de las artes del mercadeo, el político y el comercial.

Negro se fue hace unos 9 años, pero quienes tuvimos la oportunidad de compartir su amistad y militancia política, aun tenemos presentes sus sabias consejas para avanzar en la vida política y social.

Su recomendación favorita para hacer exitoso un proyecto político o un gobierno es que cada uno de sus dirigentes, militantes o funcionarios debía asumir su accionar o gestión como una medallita a la que tenía que sacarle el mayor brillo posible.

“Si cada uno se ocupa de darle brillo a su medallita, entonces la gestión política o gubernamental estará blindada a todo tipo de acechanzas y ataques, y será eficiente y exitosa.

“El esplendor resultante produce una sinergia de fuerzas que se suman y multiplican, y atraen hasta a los contrarios”, sentenciaba este sabio campesino que brilló como dirigente político y mercadólogo de grandes empresas aquí en la capital.

Pienso que los servidores públicos deberíamos tener bien presente el pensamiento de Negro Minier, hombre que como Jesús y Che predicó con el ejemplo.

Desde el inicio de su gestión el presidente Abinader ha trazado las líneas gruesas del comportamiento que deben asumir cada día los funcionarios: honestidad a toda prueba, trabajo tesonero y conducta de servicio a la gente, sencillez, solidaridad ejemplar con el pueblo y nuestros compañeros.

Ya que el país empieza a ver los beneficios del cambio, que se ve clarito que el cambio va, es importante recordar a Negro Minier y su estrategia de darle brillo a la medallita.

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