El Presidente Abinader enmienda un error propio y de sus acompañantes políticos, cuando anuncia haber negociado la rescisión del costoso contrato que mantenía en manos privadas el peaje de la autopista Nordeste de Santo Domingo-Samaná; ese contrato “sombra” fue firmado en el 2000-2004 por el entonces presidente Hipólito Mejía, de su propio partido PRM, entonces PRD, y aprobado por el Congreso teniendo también la mayoría de senadores y diputados.

Del contexto y las situaciones creadas se derivan lecciones políticas aprendidas:

1.- Cuando aquel gobierno y su Congreso aprobaron ese contrato para su aplicación en el siguiente período de gobierno, se equivocaron porque creían que podían reelegir a Hipólito, no fue así. La fuerte crisis económica creada por un mal manejo de la economía lo sacaron del Poder; en sustitución el pueblo eligió a Leonel Fernández, quien tuvo que crear el ambiente de confianza y las políticas económicas para superar aquel desastre económico.

Pero en el Congreso sus diputados y senadores seguían siendo mayoritarios hasta celebrarse elecciones dos años después, en el 2006; recordemos que las elecciones presidenciales y al Congreso eran separadas (2004 y 2008).

Es decir, aún dejando una crisis económica de ingobernabilidad, retenían una parte importante del Poder.

Como efecto de la recuperación que iba teniendo el país, el pueblo dio su apoyo dos años después al entonces presidente Fernández, pasándole en ese 2006 la mayoría legislativa al partido gobernante. Recordemos que fue justamente en ese tiempo cuando empezó a presentarse la crisis mundial de la burbuja económica, que sacudió los mercados y sacó del poder a muchos partidos gobernantes, incluyendo a los republicanos en EE.UU, dándole paso a los demócratas con Obama de presidente.

Por tanto, Leonel arbitró dos crisis económicas sucesivas, una interna y otra mundial. Evidentemente, concentró esfuerzos en la recuperación y crecimiento de la economía y a la superación de aberraciones y males sociales que afectaban al pueblo. Logró el crecimiento económico del PIB, llamando favorablemente la atención de organismos mundiales. Como se ve, ahí hay una primera lección a ser aprendida de manejo y política de Estado: Las crisis son oportunidades para avanzar, no para crear mayores crisis; la prudencia y la firmeza para salir adelante, no es permisividad ni complicidad, es control de la situación. Y algo más, las crisis económicas sacan a los partidos del Poder.

2.- Puede apreciarse también que todo tiene su momento.
Recientemente Leonel le hizo ver a Abinader que no era el momento de la reforma fiscal, aún siendo necesaria, por existir una crisis como la de la COVID-19 y sus consecuencias económicas; no fue un desacuerdo, sino el de tener un sentido de la oportunidad. En cambio, rescindir ese contrato era necesario, como necesaria es una reforma fiscal, pero todo tiene su tiempo. Falta por ver los términos de ese acuerdo.

3.- En otro sentido, una conducta ética en un gobernante debe entenderse como el respeto al mandato otorgado al ser elegido y propiciar gobernabilidad democrática y políticas públicas para el bienestar social y económico del pueblo. El Estado es una ficción jurídica para organizar instituciones y consolidar en un pueblo cohesión, arraigo, tradiciones, desarrollo humano y autodeterminación.

El manejo incoherente del Estado provoca revocación electoral del mandato que confiere el pueblo.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas