El Congreso Nacional, conforme al mandato constitucional, ha escogido a los nuevos integrantes de la Junta Central Electoral para un mandato de cuatro años, en medio de grandes expectativas y con la esperanza de que el organismo regente de los procesos electorales opere apegado a los valores de la democracia.
Es el anhelo de cada dominicano consciente, que el presidente y los demás miembros, con sus respectivos suplentes, de esta importante estructura de la democracia, trabaje con apego institucional a las leyes y reglamentos que rigen el sistema electoral dominicano, desde su fundación en 1923.
Román Jáquez Liranzo ha probado ser un profesional de reciedumbre, capacidad y honestidad, con mucho que dar para que la sociedad dominicana vuelva a confiar en este organismo que juega un rol de marcada importancia en la convivencia pacífica y en la tranquilidad de los dominicanos en los procesos venideros.
Los episodios registrados a raíz del proceso pasado dejaron una experiencia amarga, tanto para los grupos políticos como para la población votante, situación que creó serias dudas sobre la transparencia del proceso comicial y, obviamente, acerca de los árbitros del certamen.
De acuerdo a lo expresado por el nuevo presidente, la JCE será la “Casa de la Democracia”, como forma de pedir a la sociedad que confíe en las ejecutorias del nuevo equipo que dirigirá el organismo.
Es necesario prestar atención a su llamado y poner un poco de fe en sus ejecutorias, para que el país no afronte situaciones parecidas en el porvenir, porque, aunque no es un sistema perfecto, el electoral permite que la población exprese su voluntad política en las urnas.
Es tiempo de que volvamos a expresarnos como pueblo, siempre que sea necesario, para lograr que el país transite por los mejores senderos de la democracia y podamos vivir, como Dios manda, en armonía e igualdad de derechos.
Démosles un voto de confianza.
