Para nadie es un secreto que uno de los problemas que agobian a la ciudadanía es la falta de oportunidades laborales, así como la capacidad de los salarios para hacerle frente al elevado costo de la vida. En palabras llanas: el pueblo se queja porque no encuentra empleo y los que trabajan protestan porque su salario no les alcanza para llegar al fin de mes.

Los datos estadísticos de las autoridades monetarias lo revelan. Antes del inicio de la pandemia, y para ser exactos, al cierre del año 2019, la tasa de desocupación abierta se ubicó en el 5.9% de la población económicamente activa (PEA), y el total de población contabilizado en la fuerza de trabajo potencial (FTP) -desapegados más desalentados- ascendió a 224,810 personas, por lo que si se suman desocupados y fuerza de trabajo potencial el porcentaje de personas sin trabajo se situó en 9.9%.

Entre el cuarto trimestre de 2019 y el primer cuarto de 2023 han transcurrido tres años y tres meses, y la pregunta que el ciudadano de a pie se hace es: ¿qué ha hecho el actual gobierno para recuperar los miles de puestos de trabajo que se perdieron durante la pandemia? ¿Qué acciones concretas se llevaron a cabo para rescatar los empleos perdidos y poner en funcionamiento la “máquina” que prometieron para generar un millón de puestos de trabajo, compromiso del programa de gobierno del PRM que el presidente refrendó con pasión en su discurso del 27 de febrero de 2022?

Debieron transcurrir 1,170 días para que se recuperaran los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia y se generaran 52 mil nuevos empleos, mientras el desempleo se reducía en solo 30 mil personas. Estas cifras revelan que, durante el actual gobierno solo se han generado 1,333 nuevos empleos por mes o 44 nuevos puestos de trabajo diarios. Las cifras oficiales también acreditan que el subempleo por hora tuvo una reducción de más de 100 mil personas, evidencia de que las empresas no han contratado más mano de obra, sino que han extendido la jornada laboral de los trabajadores que ya estaban contratados a tiempo parcial.

Esos son los escasos logros que en 39 meses de gestión el actual gobierno puede exhibir en materia de empleo, lo que evidencia la ausencia de políticas activas en materia laboral que han derivado en una profundización de la precariedad laboral. Los datos estadísticos ofrecidos por el Banco Central lo confirman, pues durante el actual período de gobierno el empleo formal se ha reducido en casi 70 mil puestos de trabajo, en tanto que las actividades informales han liderado la débil recuperación del mercado de trabajo, con una expansión de poco más de 143 mil personas.

El balance negativo en materia laboral es demoledor. No se ha avanzado prácticamente nada en 39 meses de gobierno. La realidad es que el mercado laboral se encuentra estancado y sin esperanzas de recuperación en el corto plazo. No faltarán quienes argumenten que esta delicada situación es el resultado de los devastadores efectos provocados por la pandemia, lo cual no se niega. Sin embargo, ante la ausencia de una estrategia de reactivación ocupacional y la falta de políticas activas de empleo, la dura y calamitosa realidad nos muestra que el Gobierno no ha sabido gerenciar la crisis y hacer de ella una oportunidad para seguir adelante.

En efecto, ¿cuál ha sido el impacto del programa “República Dominicana Trabaja” anunciado por el presidente en su discurso del 27 de febrero de 2021? ¿De qué sirvieron las medidas monetarias expansivas orientadas a la provisión de liquidez a bajas tasas de interés en beneficio y apoyo a los sectores productivos? ¿Cuántos nuevos empleos se generaron con los recursos destinados a los agentes económicos y a las micro y pequeñas empresas, unos 120 mil millones, equivalentes aproximadamente al 3% del PIB?

¿Miente la oposición o son las cifras oficiales del Gobierno las que lo hacen? Pues los datos de las propias autoridades revelan que la administración actual solo ha generado 1,333 nuevos empleos cada mes, por lo que para lograr el millón de nuevos empleos que prometió el PRM en su programa de gobierno el presidente Abinader necesitará reelegirse y gobernar por casi 996 meses, o sea, 83 años más.

Cuando se carece de sensibilidad social y no se cuenta con funcionarios dedicados a gobernar y resolver problemas se corre el riesgo de que se crea que gobernar es solo inaugurar hoteles privados, visitar dependencias oficiales, y sostener contactos con la sociedad civil.

Las oportunidades para gobernar una nación se construyen día a día. Se logran con políticas públicas asertivas que mejoren la calidad de vida de la ciudadanía. Se conquistan con acciones que entregan soluciones concretas a las personas, particularmente a la población que afronta mayores dificultades y demanda con urgencia la acción solidaria del Estado.

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