Hace un mes fue presentada a un grupo de legisladores una propuesta de anteproyecto de ley preparado por la mesa intersectorial de género para el trabajo doméstico con el propósito de regular ese tipo de trabajo, en consonancia con el convenio 189 de la Organización Mundial de la Salud que establece la necesidad de ciertas condiciones mínimas para quienes lo desempeñan.

Plantea una jornada laboral definida, salario mínimo, afiliación a la seguridad social, licencia por maternidad, vacaciones, entre otras garantías básicas.

En efecto, la situación laboral de las personas que se desempeñan como trabajadores de limpieza, niñeras y que en general realizan servicios domésticos en la República Dominicana es tan habitual que pocos analizan que las condiciones muchas veces son abusivas y la protección legal insuficiente.

Se trata de personas que realizan una labor ininterrumpida, sin horarios formales y de las que se espera disponibilidad a cualquier hora que sean requeridas. Sin seguro médico otorgado por el empleador, sin pensiones por retiro o incapacidad, y en general sin las concesiones que deberían recibir todos los empleados.

También, es un servicio exigente que en muchos casos afecta a la familia del trabajador, toda vez que, por la irregularidad respecto al horario, tiende a separar a quien lo desempeña de su propia vida para convertirse en parte de la vida de los empleadores.

Por otro lado, los salarios son absurdamente bajos y sorprenden a cualquier extranjero que llega a conocer esta realidad, ya que de inmediato se produce la comparación de domésticas en otros lugares del mundo como Estados Unidos que ganan por encima de los mil dólares mensuales por realizar, de manera más regulada y con un horario delimitado, casi siempre “sin dormida”, el trabajo que muchos hacen aquí por menos del equivalente en pesos a doscientos dólares.

Por esto, sería justo aprovechar la propuesta para discutir el tema y mejorar la situación de los que trabajan, en ocasiones siendo virtualmente explotados, en el servicio doméstico, contemplando elementos que han sido conquistas del derecho de trabajo en casi el mundo entero pero que a su vez han sido ajenos a esta parte del mercado laboral, como tener acceso a las prestaciones normales de cualquier otro trabajador.

Este sistema excluyente perjudica principalmente a los sectores más vulnerables, pues la mayoría de quienes realizan trabajo doméstico son mujeres que a su vez constituyen la cabeza y el sustento de sus familias.

Ojalá la citada iniciativa impulse cambios importantes en esta materia.

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