Aunque está proclamado a los cuatro vientos la existencia de un acuerdo histórico que uniría en un mismo objetivo electoral a nuestras tres grandes formaciones políticas mayoritarias, me dicen que hay un núcleo de reformistas, de los contestarios de siempre, que en acuse de que no comulga con la idea del pacto PLD-PRD-PRSC-Aliados, apura algunos contactos para surgir con un movimiento de reformistas con el PRM, es decir, que está buscando valla con la candidatura presidencial de Luis Abinader. Ahora bien, que no se crean esos compatriotas cuasi disidentes de todo que les será tendida una alfombra roja en el PRM, aunque en este caso sería de otros matices, y que se les recibiría con bombos y platillos, lo que quiere decir con ofertas de esas que se dicen irresistibles en las negociaciones políticas. Algunos de los proponentes de este coqueteo con Abinader y el PRM tienen un prontuario extenso de saltos político-partidarios y su credibilidad está muy corroída. De manera, que el parque jurásico perremeísta tiene sus ojerizas para recibirlos, además de que ya se ha planteado, de acuerdo con los informes que me llegan, que promover y acoger esa adhesión podría enchinchar las avispas en la acera de enfrente. Ojo con eso…
Gladys Gutiérrez
Conocí a Gladys Gutiérrez siendo ella recepcionista de El Nacional, en los primeros años de la segunda mitad de la década de los 60s, y no podré olvidar su esfuerzo tesonero al frente del Comité de Familiares de Presos, Muertos y Desaparecidos al que dedicó su empeño tras la desaparición de su esposo, Henry Segarra, luego de ser apresado y encarcelado en Dajabón por aquellos días. Su fallecimiento priva a la colectividad de una dirigente histórica, respetada y admirada. Paz a sus restos…
