Internamente el Partido Revolucionario Dominicano está más compactado de lo que aparenta. Esto, porque independientemente de la bulla entre el candidato Hipólito Mejía y el presidente de esa organización, Miguel Vargas, los perredeístas como tal tienen sed de poder e irán a votar blanco el 20 de mayo.
El problema está en que la guerra fratricida que públicamente tienen Vargas y Mejía envía una señal de división que aleja al voto no militante. Hay un amplio sector que vota porque crea que va a ganar, por el que perciba arriba.
Las rebatiñas perredeístas dificultan a Mejía sumar estos votos actualmente. ¿Qué van a esperar para entenderse?