“A las arandelas, a las arandelas, a las arandelas de mi corazón… Después de alabar al Rey de los cielos, con los de esta casa nos entenderemos…” Nuestro aguinaldo más tradicional también comunica que en Navidad el primer tributo corresponde a Dios. Son versos de Juan Antonio Alix que evocan a Jesús: “Dad al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios”. Iniciando la semana y víspera de Nochebuena, lo prioritario es ser cristianamente reverentes; celebrar a Dios recogidos en familia. En ese sentido, el país saluda una real pausa de la campaña política y el proselitismo. Se supone que ya aplica la “tregua navideña”. Ataques, caravanas, presencia mediática de candidatos, suspendidos hasta enero. Rogamos.

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