Ganadores y perdedores de las municipales están abocados a revisar sus numeritos porque algunos, aunque ganaron, lo hicieron con igual o menor cantidad de votos que en 2020, y con un padrón con más de medio millón de personas habilitadas. No puede haber conformidad con tan alta abstención, en especial en los 11 municipios con más electores, en los que el ausentismo promedia un 63 %. Se representaría a una ínfima proporción de electores porque, por ejemplo, si un candidato se agenció un tercio del tercio que sufragó, y eso se confronta con el total general de inscritos, su legitimidad debiera preocuparle. Se podrá desviar la atención pública hacia otro tema, pero el que no haga esa discusión con crudeza se estaría, junto a su partido, friendo en su propia salsa.

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