La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), es más vieja que el Estado dominicano. Fundada en 1538 mediante la Bula In Apostolatus Culmine, del 28 de octubre de 1538, es la universidad más antigua del Nuevo Mundo, con unos 485 años de historia.

La UASD es patrimonio del pueblo dominicano, desempeñando un papel fundamental en la formación de profesionales en diversas ramas del saber y en la concreción de los sueños de los más desposeídos.
Razón por la cual todos debemos protegerla, tanto de los internos como de los externos, que procuran afectarla, tanto en su patrimonio físico como en su enorme capital moral. Sin la UASD, más de 200 mil dominicanos no tendrían, siquiera, posibilidades de lograr sus sueños, o una parte importante de ellos.

En la actualidad, luego de años de lucha acompañando al pueblo dominicano y siendo en gran medida olvidada por la clase política nacional, la UASD oferta programas de licenciatura, maestría y doctorado en múltiples áreas, contando con docentes capacitados y comprometidos con la formación de profesionales competentes y con fuertes valores éticos.

La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), junto a su importante labor en investigación, ha establecido alianzas y convenios de colaboración con instituciones nacionales e internacionales para fortalecer dicha capacidad investigativa y mejorar la calidad de su oferta académica. Pero le falta, sin dudas, una mayor estrategia de promoción. La UASD tiene muchos de los mejores investigadores del país en diversas áreas del conocimiento, pero no lo dice, le falta “cacarear sus huevos”. La actual gestión debe lograr que toda la Universidad y cada uasdiano sea un eco de promoción de dichos proyectos.

Hoy, la UASD enfrenta retos para continuar su misión de formar profesionales competentes y contribuir al desarrollo del país. Uno de los desafíos más importantes es aumentar la calidad de su oferta académica y actualizar sus programas de estudio, labor en la cual se está trabajando.

También, debe realizarse una especie de “limpieza” interna. Evaluaciones permanentes a docentes y empleados y un mejor control del gasto, y empoderar a cada uasdiano y ciudadano que directa o indirectamente tenga vínculos con la universidad.

Luego de estas y otras acciones en la misma línea, se debe entonces empezar una jornada, que bien podría ser permanente, para exigir el cumplimiento de la Ley 5778 del 1961, y se cumpla con el 5% del Presupuesto Nacional para la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), así sea de forma escalonada, para ser realistas, y con supervisión o acompañamiento social, si fuera necesario.

Debe ser una lucha sin pasiones, bien estructurada, escalonada y con la participación del pueblo dominicano, luego de empoderarlo, en la cual todos estemos al unísono, asumiéndola, como bien dice el profesor Euren Cuevas (la UASD, el patrimonio estatal más valioso del país): “como un pacto de sangre”.

El 5% para la UASD es una inversión en el país y, de manera particular, en los más desposeídos. Si la UASD avanza, avanza el país.

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