En las últimas semanas de septiembre la provincia de Puerto Plata ha vuelto a ser noticia por situaciones negativas relacionadas con la actividad turística, como si esta bella región necesitara activar problemas como los que provocaron que a partir del 2000, cuando recibió 700 mil turistas, el flujo de visitantes internacionales por vía aérea comenzara a descender hasta llegar a las penosas cifras de hoy, 320 mil turistas, el 4% de las llegadas en el 2022.

El recuento es preocupante. Se canceló la feria Discoveri POP, una actividad a la que he hecho críticas, pero he apoyado y seguiré haciéndolo mientras se mantenga, porque la peor solución es no hacerla.

También se canceló el Dominican Jazz Festival, que se realizaba en Cabarete, Sosúa y Puerto Plata, cita que logró reconocimiento y llegó a ser incluida en el calendario regional de citas del jazz. Ha sido una excelente acción promocional para el destino Puerto Plata.

La semana pasada Sosúa volvió a ocupar la atención de los medios de comunicación, porque sus calles de nuevo se han convertido en un odioso mercado para la oferta de servicios sexuales, ya hace algunos años logró controlarse.

Tras una batalla con apoyo de medios de comunicación locales y nacionales, el Consejo Edilicio de Sosúa emitió una resolución con las normativas para uso de suelo y ordenamiento territorial, en agosto del 2017.

En el artículo siete de esta resolución se establece el área central de la ciudad, delimitada por la calle Dr. Alejo Martínez, Carretera Regional Sosúa Cabarete, Calle Ana María y Calle Hotel Europa y la Calle Pedro Clisante y Calle Duarte. En este perímetro no esta permitida “la existencia de bares, night club, discotecas y cualquier otro centro nocturno”.

El 31 de marzo del 2021 el Consejo Edilicio emitió una nueva resolución (01-2021) en la que reitera que la citada resolución del 2017 se “encuentra habilitada para ser ejecutada” y otorga dos meses de plazo para la mudanza de las actividades comerciales (incluido el comercio sexual) prohibidas en la calle Pedro Clisante en el tramo comprendidoentre la calle La Puntilla y la Calle Penetración.

Quienes visitamos Sosúa en los años 80 y 90 disfrutamos del centro de la ciudad, entonces un animado espacio con variada oferta de acogedores bares y restaurantes. Tuve la oportunidad de conocer esa Sosúa, comunidad de características única, prohibida cuando llegamos con la familia y redujimos la presencia a los límites del hotel Amhsa Marina, un establecimiento céntrico y acogedor por cuya puerta pasa una de las principales calles de la ciudad.

El actual síndico de Sosúa no está cumpliendo las resoluciones del Consejo Edilicio que impone limitaciones al comercio sexual. Dicen, pero no creo, que el PRM lo apoyará para que repita.

Lo digo porque el ministro de Turismo que conozco y los líderes del partido de gobierno que tienen fuerte presencia en Puerto Plata, son personas que jamás actuarían como promotores del comercio sexual como “atractivo turístico”. Sosúa tiene que volver a reclamar respeto y le sobrará apoyo dentro y fuera del poder.

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