Muchos piensan que el tema de salarios es uno que divide al movimiento sindical y al sector empresarial. Eso dejó de ser así hace muchos años.

Cambió desde el momento en que mis amigos Pepe Abreu y Gabriel del Río hicieran un piquete frente al Conep, aún en nuestras oficinas viejas del edificio de la Santo Domingo Motors, cuando protestaban pidiendo un aumento salarial con sobrada razón.

Lejos de pedir fuerza pública me sumé al piquete para que recordaran, que aún con niveles de ingresos diferentes, todos somos asalariados. Discutir el tema podía tomar meses y la intervención de Monseñor Agripino Núñez (EPD).

Ya somos los empresarios los primeros en entender que se necesitan ajustes y es el propio presidente del Conep, Pedro Brache, el primero en sugerirlo.

Muchos amigos economistas dicen, y no les falta razón, que los empresarios formales frente a la competencia desleal de sectores que no pagan impuestos ni seguridad social tienen la necesidad para poder competir de ser muy cuidadosos con los aumentos salariales.

Otros dicen que la mano de obra ilegal, sin importar procedencia, afecta los niveles salariales porque muchos prefirieren contratar empleados que no tributen a la seguridad social, sin entender que es no sólo una falta grave a la ley, sino que afecta el nivel de crecimiento del país.

Pero debemos tener claro que, tanto empresarios como gobierno, contratamos mano de obra haitiana y ahora venezolana, afectando las contrataciones de bajo nivel y ahora las de nivel medio, con una mano de obra venezolana mucho más calificada que la nuestra.

Los empresarios recibimos muchas críticas, pero sin que reconozcan nuestros aportes, somos la base del crecimiento. Ya nadie puede decir que tenemos un sector de zona franca que paga bajos ingresos. Por el contrario, el sector paga tan bien que recluta con facilidad personal de otros sectores.


La industria, especialmente la de mayor tamaño, ha pagado siempre salarios por encima del mínimo. El sector comercial es difícil de analizar, porque habría que dividirlo por sectores.

Precisamente anoche, en una amena reunión de un grupo de amigos, me preguntaban cuáles eran los sectores más rentables para los empresarios. Uno de ellos decía que el comercio detallista agrupado en plazas comerciales importantes. A su comentario le dije que, por experiencia, es un sector cuya rentabilidad la dan meses puntuales y que se tiene que ser muy cuidadoso en los demás meses para no perder dinero.

Esos comerciantes enfrentan una competencia desleal de Amazon, que no paga impuestos, seguridad social, salarios y mucho menos alquileres en las plazas, para que nuestros clientes puedan hacer ejercicios con aire acondicionado y seguridad, nos compren o no los productos que vendemos.

Lo cierto es que la competitividad no se puede alcanzar con base en salarios deprimidos. Que sin importar la migración que llega de diferentes países, en cada aumento salarial no sólo hay que compensar la inflación, también hay que mejorar el poder de compra de los asalariados.

Eso se revertirá en beneficio para todos, mejores ventas, mejor distribución del ingreso y más paz social.
Siempre tomando en cuenta que no es cierto que el crecimiento del producto interno bruto no permea, que se queda sólo en las manos de los empresarios.

De ser así el parque vehicular que exhibimos no sería posible, la multiplicidad de edificaciones de apartamentos no se vendería, los restaurantes no estarían llenos.

Lo que debemos hacer es trabajar en la informalidad de la economía, sé que toma mucho tiempo eliminarla, pero siempre hay que empezar porque de lo contrario, los impuestos sólo los pagaríamos empresarios y asalariados formales, que ya de por sí cargamos muy pesado.

El aumento de salarios debe abarcar sector privado y público. Muchos argumentan que hay salarios muy altos en el sector público, pero les digo con la experiencia de estar en ambos sectores que, de no pagar salarios competitivos, nunca tendremos profesionales capacitados.

Las redes podrán decir que muchos puestos son fruto de la política, pero no todos son así, hay muchos que trabajan de forma competente y seria, sin tener banderías políticas.

Trabajemos todos para mejorar el poder adquisitivo porque esto redundará en beneficios de mejores ventas y mejor clima laboral.

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